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Desde 2009 hasta hoy, Esteban Insinger compone una obra para piano por día y la publica a modo de catálogo en el sitio web insingermusicaldiary.bandcamp.com. Su proyecto Musical Diary, además de una actividad periódica de composición, es el reflejo musical de un mundo interior abierto al público. Con cada pieza mantiene el curso de un engranaje infinito puesto en marcha: la acción continua. Una suerte de misión para el autor, una especie de religión personal. Y podemos presentir eso al escucharlas.
El Diario para piano creado por Insinger evoca, de alguna manera, el momento inicial de ruptura con la armonía tradicional. Su música es generalmente atonal. Si bien por momentos renueva cierta estética impresionista, como puede escucharse en la obra del 7 de enero de 2012, también llega al atonalismo libre con total omisión de un centro de gravedad en términos de altura, en la del 8 de octubre de 2011.
Lo novedoso de su lenguaje es el modo de reunir esos códigos del pasado con el uso de la regularidad en las secuencias rítmicas y la repetición. Por ejemplo, en la obra del 14 de febrero de 2013, las pulsaciones funcionan como un eje estable ante la complejidad armónica. En este sentido sus composiciones pueden llegar a contener texturas minimalistas, así como también una búsqueda cercana a la canción. Algo de esto dejan ver las obras del 3 de noviembre de 2012 y del 21 de marzo de 2013.
Pulsación, una palabra de la que, en cierto sentido, huyó la generación de posguerra, Insinger la hace suya sin rubores. Hay, en su variada música, un pulso elástico, quizás pronto a tensarse, pero a partir del cual es posible percibir toda relación de alturas, texturas y polirritmias en una sola entidad. Parece armar y desarmar, con un swing propio del jazz, las posibilidades temporales de cada pieza, dejándonos una música tan popular como clásica. Tan nueva, como anacrónica.
El pianista se encuentra actualmente editando un disco que compila una selección de obras del Diario musical y proyecta llevar algunas de ellas a un trío de jazz. También planea realizar un concierto a modo de intervención urbana con un mapa de recorridos de música por distintos pianos de la ciudad, en un circuito de barrios. Mientras tanto, su proyecto Musical Diary sigue creciendo como un ser vivo, con un formato análogo al ritmo de vida. Su método puede llegar a convencernos de que la inspiración es, como él piensa, una ficción. Pero aun así no dejamos de preguntarnos qué experiencia, o qué alineación planetaria fatal, habrá sido causa de la pieza que más nos estremece.
Esteban Insinger, Musical Diary, insingermusicaldiary.bandcamp.com, 2009- .
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