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La Guerra de Vietnam

Ken Burns / Lynn Novick

CINE y TV

El conflicto de Vietnam (que se extiende desde la ocupación francesa de Indochina en 1858 hasta la rendición estadounidense en 1973) es la cicatriz más dolorosa en la piel ideológica de Estados Unidos y el agujero negro donde convergen las contradicciones políticas más sangrientas de la transición entre los siglos XIX y XX. La expansión casi demencial que Ken Burns y Lynn Novick imprimen a uno de los grandes temas de la segunda posguerra mundial —diez episodios de casi dos horas de duración cada uno— sobrepasa la ambición media del documental contemporáneo. La Guerra de Vietnam es un gigantesco dispositivo de interrogación que perfora simultáneamente la capacidad de asombro del espectador y la barrera anímica de los ex combatientes, civiles, activistas, funcionarios y políticos entrevistados, tanto estadounidenses como —tremendo hallazgo— nor- y sudvietnamitas. Cuando la cámara de Burns lee, ve y escucha, su virtuosismo como narrador parece engañosamente fuera de escala, en el sentido de que su ambición como historiador se amalgama de maneras sorprendentes con la sobriedad de un estilo que ya lleva su nombre. Decir esto equivale a afirmar que radiografiar tensiones —sean estas históricas o humanas— no supone peinar suspicacias, y mucho menos alimentar mitos o inflamar pasiones. Burns es consciente del riesgo estético que corre al aproximarse a su tema: la Segunda Guerra Mundial fue retratada y comentada por el cine, pero la Guerra de Vietnam coincide con el imperio de la televisión, esa caja de luces donde parte de la realidad se licúa y reconcentra para que la sociedad pueda después absorberla como dato muerto o desecho estadístico. El body-counting de los noticieros televisivos de la época —que Burns recupera como indicador de la psicosis numérica que en algún momento se apoderó del conflicto, y según la cual la envergadura bélica pasó a dimensionarse exclusivamente por cantidades de muertos o bombas arrojadas sobre el territorio invadido— se ve hoy en día como el aguijoneo de un dolor remoto e ilocalizable en la corteza cerebral de un país anestesiado por el poder del espectáculo cotidianamente retransmitido. Y es en esa meticulosidad, en esa paciencia de proyectorista desvelado por la luz quemante del napalm, donde Burns elige sostener una arquitectura conceptual que niega axiológicamente el método de reducción. La Guerra de Vietnam es una máquina de precisión capaz de traccionar —literalmente— todo lo que se pone en su camino hacia la comprensión definitiva de un acontecer total. Y así como el capítulo 1 parece el gigantesco flashback de una memoria nacional traumatizada, el capítulo 6 puede verse como una película de guerra en sí misma, sin que los cambios de tono y registro entre episodios resientan esa determinación específica de volver a ver. Cada entrega de La Guerra de Vietnam es un pedazo de temporalidad diseccionado en sus mínimos detalles; un fragmento del pasado que explica muchos de los desastres del presente, aun cuando ese presente —tan tentador para el trazado de ciertos paralelismos— luzca sabiamente elidido, dejado de lado en favor de un objetivismo que no siempre se alcanza, pero que siempre orienta el rumbo.

Al tratar de inventariar la totalidad de los factores humanos y políticos que reverberan en Vietnam —tres presidencias estadounidenses con intereses menos disímiles de lo que pareció en su momento, las convulsiones geopolíticas contrapuestas de por lo menos cinco poderosas naciones, y las contradicciones ideológicas de un pueblo que desarrolló como pocos una brutal capacidad para despellejar la verdad sangrienta y opaca de su propio “ser” nacional—, Ken Burns y Lynn Novick quedan sorprendentemente cerca de lograr el objetivo pírrico, suicida, que Walter Benjamin postuló alguna vez como el fin último de la crítica cultural, esto es, imaginar la exposición plena y simultánea del sentido final de ese monstruo llamado “modernidad”. Que Benjamin haya identificado el logro de ese objetivo con el alumbramiento del infierno como un lugar hallable en la tierra no hace más que reafirmar el poder de esta obra fundamental, probablemente la mejor de uno de los más grandes documentalistas de la historia del cine.

 

 

The Vietnam War (EEUU, 2017), guión y dirección de Ken Burns y Lynn Novick, Netflix, 10 episodios.

30 Oct, 2018
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