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El derrumbe de los que perdonan

Mercedes Romero Russo

LITERATURA ARGENTINA

Todo derrumbe en cualquier orden de nuestras vidas implica la aparición del miedo. Lo significativo aquí es que el miedo abre la posibilidad de narrarnos desde otro lugar en un mundo que parece haber llegado a sus últimos días. Mercedes Romero Russo escribe desde un espacio en el que la intimidad está mediada por una reflexión demorada, atenta, y los pensamientos se ordenan como si respondieran al dictado de una segunda voz en un tono lírico y a veces distante.

Moverse entre la distancia y la cercanía con otros es un movimiento en plena construcción: “Me ha ido muy mal / en el amor / tan mal / que me fue bien / porque / los extremos / se tocan”. Pareciera ser que cualquier manera de vincularnos o de habitar el mundo con otros es imposible.

El contacto con los demás pierde intensidad, las voces que antes escuchábamos como familiares se apagaron, y la esperanza apenas es un tema para componer un poema epigramático: “No soy religiosa, / porque para mí /dudar / es uno de los actos / más espirituales / que existe”. Vivir juntos es una tarea llena de contradicciones, o el resultado de una serie de acontecimientos anudados por sentidos que parecieran resolverse en planos completamente opuestos.

Qué tendríamos que aprender para poder realizarnos —para que nuestra voz se resuelva con énfasis de una manera plena— y qué tendríamos que desaprender: “En mi casa nueva todavía busco la toalla / del lado donde estaba en la anterior. / Un reflejo pero también un descuido. / Lo mismo que hago/ con los hombres que voy amando: / ser un cementerio / de costumbres”. ¿Haría falta acaso olvidar aquello que con el paso de los años se fue anillando en nuestra mente, cuando no en nuestro corazón, para que la realidad recupere su sentido y con ello podamos encontrar una hoja de ruta para transitar el porvenir sin necesidad de continuar por las huellas del pánico?

Los objetos, los edificios, los astros, los animales son una composición y un motivo para volver sobre la voz del poema, pero en su núcleo duro están presentes las voces familiares de nuestros padres, madres y de los padres y madres de nuestras madres como si fuese una trama que culmina con nosotros aquí y ahora. En el pasado acontece todavía aquello que nos asusta, como una cicatriz en la piel de un animal con memoria afilándose los dientes con la piedra del miedo. Y en el futuro, mucho más adelante de lo que podríamos imaginar, estarían todas las formas de la felicidad que hemos conocido en esta vida.

Mercedes Romero Russo, El derrumbe de los que perdonan, Abre Cultura, 2021, 80 págs.

23 Mar, 2023
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