Sobre la libertad

Leer es una práctica de libertad ―o eso querríamos creer―, pero también es una experiencia de sometimiento. Implica abandonarse en cierta medida, para bien o para mal, a las ideas y las palabras de otra persona, seguirla en sus vueltas y derivas. Sobre la libertad no es simple ni directo en sus caminos; es, de hecho, una oda a la complejidad y a seguir con el problema, a insistir en el nudo en lugar de pretender deshacerlo. Tanto en su contenido como en su forma, nos hace sentir una misma rara certeza: la libertad y la falta de libertad no son nunca del todo excluyentes.

Escrito entre Trump y la pandemia ―como cuenta el epílogo―, lo recibimos en la Argentina en un contexto corrido pero desesperantemente similar. En la introducción, Maggie Nelson explicita sus motivos para abocarse al problema filosófico tan inagotable como trillado que representa la idea de libertad, a saber: “mi permanente frustración por cómo la derecha política se ha apropiado de ella”. Sin embargo, y a conciencia, la libertad política no es el foco central de este libro, que se emplaza en terrenos heterogéneos ―el arte, el sexo, las drogas, el clima― para tantear los modos complejos en que la libertad es indisociable de las restricciones y los cuidados. La ansiedad, el futuro, el tiempo, el placer, pero también la inconveniencia de las otras personas, retomando una expresión de Lauren Berlant, también lo recorren de principio a fin, como melodías desplazadas cada vez, pero igual reconocibles.

No es ociosa la metáfora musical que anuncia el subtítulo. Nelson, escritora y poeta, es conocida por experimentar con cruces entre los géneros, ir y venir con soltura por el ensayo, la crítica, las memorias, sin perder de vista la música del discurso, como tampoco la franqueza. Sobre la libertad es un libro sensible, paciente, insistente, a todas luces comprometido con una versión de la escritura, y de la lectura, que permite “pensar en voz alta con los demás”. Como escribió alguna vez Martha Nussbaum ―a quien, de paso, Nelson retoma y en parte discute en el canto sobre el arte―, la filosofía no precisa limitarse a pensar o hacer pensar sobre un problema: puede, acaso debería, hacer sentir también su fuerza. Aunque Nelson no le rehúye a la ambivalencia y la paradoja, tampoco deja de sentirlas y hacerlas sentir, con toda su incomodidad y urgencia.

Y nuestro embrollo con la libertad es por cierto incómodo y urgente. Este no es el libro para refutar las apropiaciones políticamente abusivas que se hacen de ella, lo que implica, explica Nelson, la tarea muy necesaria pero ajena a su estilo de desbrozar el nudo de libertad y opresión para distinguir qué cuerda pertenece a cada cual. Pero sí es un libro que puede ayudar a recuperar una idea de libertad con la que podamos vivir: una defensa de que las prácticas de la libertad no son ajenas a las prácticas de cuidados, a los vínculos con los otros y con el mundo, de que la libertad se conjuga sobre un “nosotros”, nunca sólo sobre un yo. En fin, tal vez sea justo eso lo que más necesitamos para impugnar la encarnación argentina de los abusos opresivos de la libertad.

Maggie Nelson, Sobre la libertad. Cuatro cantos de restricción y cuidados, traducción de Damián Alou, Anagrama, 2022, 400 págs.