Biblioteca personal. 30 retratos de escritores y escritoras

Son treinta retratos de escritores, de escritoras. En todos menos uno, las miradas van y vienen. O nos interpelan o nos eluden, pero están ahí. Menos uno que ha elegido (porque fue su decisión, como la autora ha reconocido) estar de cuerpo entero y totalmente de espaldas. Ricardo Piglia, este es nada menos el “uno” de la discordia en un conjunto de obras que se caracterizan por el control y la apariencia. Estos dos aspectos son la especialidad de Alejandra López, la retratista que seleccionó estos rostros y no otros de los cientos que ha fotografiado en sus más de veinticinco años de trabajo en el mundo editorial.

Entonces, no se trata de un panorama de la literatura argentina actual, sino más bien de un ensayo, un ejercicio narrativo que López intenta completar con quien mire este conjunto de imágenes. Aquí está la primera clave, a mi modo de ver, para disfrutar de este trabajo más allá de la identidad, más o menos conocida, de los retratados. La clave está en las relaciones, los vínculos que van de una a otra fotografía. Los escenarios, por ejemplo. Un tercio de ellos son fondos neutros absolutos, artificios en una galería de toma. Esta es la opción que más le gusta a López, e imagino que la que menos prefieren sus retratados.

El resto de las fotos han sido realizadas al aire libre o en espacios interiores propios o ajenos. A veces por sugerencia de la fotógrafa, en muchos casos por imposición de las circunstancias y en otros, por acuerdo mutuo. Y es aquí donde encontramos la segunda clave de lectura de este trabajo: el acuerdo o la conciliación. Como bien decía Juan Forn: “No conozco escritor fotografiado por Ale López que parezca a disgusto”. En estas fotos hay acuerdo e incluso una especie de bienestar en esos rostros que se congelan súbitamente al momento del disparo.

Entonces uno se pregunta: ¿cómo leer estas fotografías que nos plantean relaciones y que eluden controladamente el conflicto? “La fotografía no tiene un lenguaje propio”, escribía John Berger hace cincuenta años. “Se aprende a leer las fotografías de la misma manera que se aprende a leer las huellas o un electrocardiograma. El lenguaje de la fotografía es el lenguaje de los acontecimientos”.

En los retratos de López no hay acontecimientos. El único suceso, si así podemos llamarlo, es la aparición del retratado o la retratada en un momento dado. Tampoco hay acción porque, como la autora reconoce abiertamente, eso pondría en riesgo su voluntad de controlar la toma. Se nos presenta entonces la tercera clave de lectura para este ensayo visual: lo que importa de estos retratos no está en lo que muestran sino en otra parte. Como queda claro en la analogía de Berger, las huellas o el electrocardiograma nos remiten a otra cosa, al caminar del animal o al funcionamiento del corazón. En el mismo sentido, todas las fotos de López, y sus relaciones, nos remiten a la literatura de los retratados y en última instancia, a la relación de la autora con la literatura. Cuando Alejandra se planta, cámara en mano, frente a un escritor o una escritora, es porque conoce y ha leído lo que este escribe. En consecuencia, el verdadero contenido de sus fotos es invisible, no está en las apariencias, sino en el mundo imaginario que las escritoras y los escritores proponen recorrer en sus textos y que López busca retransmitir. Para decirlo en palabras de Berger: “Una fotografía es efectiva cuando el momento registrado contiene una medida de verdad que es aplicable en general y que revela lo ausente igual que lo que está presente en ella”. Finalmente, el amor de López por el teatro es la amalgama que sincroniza lo visible con lo invisible en un espacio y tiempo determinados. La puesta en escena, la dirección de los movimientos, los gestos y, sobre todo, el protagonismo del retratado son los instrumentos que la fotógrafa administra antes, durante y después de la captura efectiva de la imagen.

Alejandra López, Biblioteca personal. 30 retratos de escritores y escritoras, Biblioteca Popular Cornelio Saavedra, Buenos Aires, 12 de julio – 4 de agosto de 2024; 13ª. Feria de Editores (FED 24), Complejo Art Media, Buenos Aires, 8 de agosto – 11 de agosto de 2024.