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Por el camino de Javier Trímboli

DISCUSIÓN

Javier Trímboli (1966-2025) fue un profesor e intelectual excepcional en el arte de la clase, la conversación y la escritura experimental en el campo de la historia, la política y la literatura. Formado como profesor de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, fue ante todo un pensador obsesionado con el devenir histórico y político argentino. Argumentaba con su propia impronta, pero de la mano de Halperin Donghi, Borges, Arendt, Benjamin o Nietzsche. Dotado de un estilo y encanto únicos, tenía una capacidad inusual para suscitar una pasión artística por el conocimiento como una forma de experimentación, que dejó marcas indelebles en los y las colegas de su generación, en sus estudiantes en la cátedra de Oscar Terán de Pensamiento Argentino y Latinoamericano de la UBA y del colegio secundario. Pensar era sobre todo para Trímboli una actividad performática que consistía en ensayar, discutir, montar y desmontar imágenes, frases y escenarios múltiples para poder desplegar la palabra como un acto vital y colectivo. Inspirado por Halperin Donghi, concibió la historia menos como una ciencia que como un arte, intrínsecamente entrelazado con la política y la literatura, sus otras dos grandes pasiones.

Su trayectoria se abre con tres libros importantes escritos en coautoría con Roy Hora — Pensar la Argentina: los historiadores hablan de historia y política (1994), Peronismo y menemismo: avatares del populismo en la Argentina (1995) y Discutir Halperin: siete ensayos sobre la contribución de Tulio Halperin Donghi a la historia argentina (1997)— y una serie de artículos en revistas culturales que ya preanunciaban un acercamiento ensayístico a la historia.

Trímboli fue un notable pensador histórico-político. Conocía como pocos el ritmo de una buena conversación y el arte de dar y tomar la palabra. Estaba convencido de que la actividad intelectual y académica debía tener un sentido vital y existencial y estar animada por la pasión. Como dice Gramsci —y como le gustaba repetir—, la pasión anima el intelecto. Esa conexión vital con la pasión lo llevó a tomar distancia de la carrera académica y orientarse hacia la escritura ensayística y literaria, un nuevo rumbo que se vio reflejado en su primer libro Mil novecientos cuatro: por el camino de Bialet Massé (1999) y su novela Espía vuestro cuello (2012).

En los últimos años, Trímboli consolidó un estilo personal de intelectual e historiador no académico por medio de emprendimientos de divulgación, generando un acercamiento diferente a la historia que tuvo un influjo vasto con el podcast Un poco sucio, que conducía con Julia Rosemberg, así como en sus intervenciones en Borges por Piglia en la TV Pública y sus aportes y compilaciones sobre Sarmiento y Halperin, como es el caso del volumen Tulio Halperin Donghi: la herencia está ahí (2023). Concebidos desde ese nuevo registro, los dos últimos libros que escribió estuvieron abocados a una reflexión sobre un tema que siempre lo inquietó de manera obsesiva: la interrogación por la revolución y la cuestión de la imposibilidad de la revolución en la escena contemporánea y el tiempo actual. En Sublunar: entre el kirchnerismo y la revolución (2017) y en su libro sobre el historiador peruano, Alberto Flores Galindo: la escritura de la historia (2023), Trímboli logró desplegar a fondo esa reflexión como un drama propio del mundo actual. Como gran parte de sus contribuciones, ambos libros fueron ante todo interrogaciones tensadas al extremo para develar un enigma. Trímboli sabía bien que un interrogante o un enigma bien planteado, como el de Sarmiento en el Facundo, podía llegar a ser un enigma develado.

Su camino fue tan único como su estilo. Tanto uno como el otro dejaron un influjo colectivo en quienes fuimos sus amigos, amigas, colegas y estudiantes. Forjar un estilo personal es siempre una forma de honrar el destino y dejar múltiples rastros en los demás. Y cuando el estilo se consolida como una fuerza vital, como ocurrió en el caso de Trímboli, puede quedar en la piel y la memoria de otros y otras como una marca difícil de borrar. Vamos a seguir queriendo saber qué está pensando Javier de la historia y la política argentinas y del mundo, sobre este o aquel ensayo o aquella novela. Y para poder volver a conversarlo con él no nos queda otra alternativa que seguir transitando por el camino de Javier Trímboli, que ya es un sendero colectivo de conversaciones y comunión: un jardín de senderos (unidos) que se bifurcan.

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