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Hice mi paseo de incógnito por arteBA 2015. No fue tan difícil pasar desapercibido porque (más allá de mi lejanía objetiva con la pirámide de la fama) el artista en general, devenido proveedor de material manufacturado antes que personalidad carismática, no rankea tan alto como foco de atención social en comparación con algún átomo de la alta burocracia bursátil & curatorial.
Mi primera observación sobre la feria, de tipo más bien proxemístico y retroactiva a últimas ediciones, es que no hay más callejuelas angostas sino avenidas espaciosas, como los bulevares contrarrevolucionarios parisinos. Se dispone de espacio suficiente para circular manteniendo las distancias y evitando a los enemigos tradicionales con elegante antelación.
Dije “contrarrevolución”y algo de eso hay en el aire de esta feria. Convengo en que difícilmente se inicie una revolución en un supermercado donde cada producto tiene su estante correspondiente. Pero lo interesante del arte contemporáneo es que de él se puede (o todavía se podría) esperar “cualquier cosa”. Y lo que yo extraño en estos pasillos mejorados es un quantum de salvajismo, del elemento que descoloca nuestras expectativas; de cualquiercosismo, en suma. Sensación de que hay plétora de morfología cobardona preventivamente sobreeditada en alianza con un hermetismo vagoneta que se ahorra todas las explicaciones posibles, incluso aquellas sin las cuales es imposible empezar algo.
Visto desde los porcentuales de cualquiercosismo el Barrio Joven es un importante triunfo de la domesticación. En vez de ir a él a asustarse, como ocurría en la época del hacinamiento colorinche (que uno empieza a extrañar), el efecto general es sedante. El material tiene su variada calidad, no agrede o molesta de modo directo. Pero…¿interfiere de modo explícito con algún discurso actualmente en vías de legitimación?
El espacio del Hotel Bonito arma una situación muy integrada, diríase de noble simplicidad y acuerdo entre las obras expuestas y su presentación arquitectónica. Pero ¿qué impediría a este stand ubicarse entre alguno de las grandes ligas?
Idea: la Teenage Angst prescribió, ahora el “joven” no es el que se encarniza en perpetuar la rebeldía adolescente sino el adulto joven que espera demostrar lo más pronto posible que ya conoce las reglas del protocolo.
Mi preguntita en relación con lo anterior es: ¿a qué quieren seguir conectados los que tienen miedo de quedar desconectados?
Tengo una “Teoría B” sobre todo lo anterior, que tiene que ver con el Giro Eudemonológico Esotérico Juvenil que no puedo desarrollar aquí por falta de espacio, pero dejo dos nombres picando: Belén Romero Gunset y Ana Montecucco.
arteBA 2015, La Rural, Buenos Aires, 4 de junio – 7 de junio de 2015.
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