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Un rectángulo de papel madera es el escenario sobre el cual Karina Peisajovich emprende una performance. Pasa de ser escena a ser registro de los signos, mapas que se construyen a medida que la artista logra separar la percepción de la memoria. Son elementos de utilería dispuestos a captar fragmentos del discurso. Su presencia de fondo le permite divagar por los contenidos de su curso “Solocolor”.
Los dibujos son todo lo que queda sobre lo que no queda en la hoja. Son una huella duradera de algo que no se puede asir: la transmisión. Como la luz blanca que, al pasar por una gota, se refracta y proyecta un arcoíris en cualquier superficie que toca, las ideas son partículas que flotan en el aire y se convierten en líneas cuando tocan la hoja. “El pensamiento es un órgano de percepción ni más ni menos que el ojo o el oído. Igual que el ojo, percibe colores y el oído sonidos, así el pensamiento percibe ideas”, decía Rudolf Steiner. Los dibujos-pizarra de Steiner no estaban destinados a ser vistos como obras de arte, sino que servían como ayudas visuales para las conferencias que impartió a lo largo de su vida. Estaban animadas por un uso háptico supersensorial de color y línea. Estas conferencias, como las clases de Peisajovich, podrían verse como una fusión sinérgica de la palabra hablada y del gesto, que da vida a los conceptos abstractos en una forma fluida de creación de imágenes, análoga al flujo de conceptos e ideas. Steiner denominó este proceso de pensamiento visual “imágenes pensamiento”.
Si dibujar es una forma de pensar, los pizarrones de Peisajovich son un atlas que dan acceso a sus más íntimas revelaciones: la genealogía de sus influencias. Diseccionan un mundo de creencias, deslizan lo que podrían ser pistas sobre cuál es su estructura de pensamiento a la hora de crear. Pero es justamente todo lo que queda por fuera de la hoja, aquello que se condensa en el aire cuando la artista improvisa sobre el color, lo que percibimos como enigmas. Es ese parergon lo que convierte estos pizarrones en dibujos. Si miramos con atención, veremos los arcoíris.
Karina Peisajovich, Ciclo: Iteración del color (Albers). Ejercicios, Urquiza, Buenos Aires, 28 de julio – 28 de agosto de 2018.
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