Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
A mediados de noviembre, tras décadas en Florida al 1000, la galería Ruth Benzacar muda sus puertas; uno de los hechos capitales en el calendario artístico local, no sólo por la suma de reestructuraciones que conlleva dejar el microcentro en pos de nuevos polos en Villa Crespo y La Boca, sino porque pocas veces la escena se prestó tan abierta a reflexionar in situ sobre el movimiento de un lugar de referencia. En ese sentido, resulta fresco y saludable que el directorio de la galería propusiese a Alejo Ponce de León, curador joven con escasa experiencia en el medio, para proyectar un cierre con absoluta libertad.
Dos cuestiones son llamativas en la curaduría de Ponce; en primer lugar, es evidente el verticalismo implícito en todas las decisiones finales de montaje y producción, y en consecuencia asistimos a una muestra colectiva que establece al curador como eje constructor de una instalación contemporánea. En segundo lugar, también se observa la interacción por fuera del circuito tradicional de nombres, al encomendar el diseño de piezas específicas a un círculo más próximo de amistades. Priorizando un tono, la exhibición parece abordar en paralelo la idea de fin de ciclo que se percibe, latente, en el campo semántico nacional; a esto remiten desde el título Octubre 2015 hasta una referencia a Máximo Kirchner en el texto de sala y un link al padrón electoral del año que viene, lo que le otorga rigor de lectura a una muestra sumamente desangelada en su capacidad de representar, pero que esboza a la perfección una pregunta: ¿cómo escenificar, en definitiva, la clausura de un período, una transmutación, una mudanza?
Con esto en mente, y en un desplazamiento de belleza casi cinematográfica, se nos invita a salir de la galería y caminar por el largo pasillo lateral hasta dar con las luces, el cemento y los autos aparcados en el estacionamiento subterráneo de la Plaza San Martín. Si bien todo estacionamiento es de por sí una gran metáfora sobre la transición, en este caso prima un sentido más existencial e intrauterino. Ahí, finalizando el recorrido, cuelgan del techo algunas obras de la colección personal de Ruth, la emblemática fundadora del espacio en 1965, fallecida en mayo de 2000. Sívori, Berni, Romero, Pombo flotan entre decenas de personas que atraviesan a diario el lugar, ajenas al paraje mítico de la cultura argentina. Por esto mismo, y por la ausencia en la sala principal de cualquier gesto canónico concomitante, el concepto cerrado que elabora Ponce para su réquiem artístico-político formula sugestivamente, con su ostracismo, la imposibilidad de traccionar sobre una tradición o de vincularse productivamente con un pasado más allá de las descendencias, interpelando, en simultáneo, los límites de una instalación y el rol del arte en la praxis.
Octubre 2015, curaduría de Alejo Ponce de León, Ruth Benzacar Galería de Arte, Buenos Aires, octubre de 2014.
La exposición del colectivo m.o.n.t.ó.n. en el espacio Laboratorio es un hito en la historia del grupo nacido en 2022 que, con esta muestra...
Alguna vez reducido a sus elementos primarios, el arte revivió en su apertura conceptual a la palabra, la acción y la instalación sin perder el abismo ganado....
Un salón frío y gris se transformó momentáneamente en un falso laboratorio donde se lleva a cabo una ficción, de esas que son verdaderas. En la Facultad...
Send this to friend