Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
De la Guerra del Paraguay sabemos poco, casi nada. Sabemos tanto como nos lo permite la célebre serie de pinturas de Cándido López, que en verdad muestran un paisaje en guerra como si se tratara de un paraíso en llamas, una batalla bíblica de la que no somos participes. Las historias, los calificativos sobre la guerra apuntan, sin embargo, en otra dirección. Entonces aparecen relatos que narran la vergüenza, que hacen énfasis en el hecho de que fue una guerra imperialista, con motivaciones económicas —y la injerencia de Gran Bretaña—, que dejó diezmado al Paraguay.
El imaginario se detiene ahí, de golpe. Y no lo hace porque no haya imágenes —de hecho, la Guerra de la Triple Alianza (así se la conoce) fue la tercera en ser fotografiada—, sino sencillamente porque no está en la memoria ni en las escuelas, no está presente como otras guerras, con sus archivos, sus campos sembrados de muertos, sus historias de hidalguía. Aquí, todo se detiene es las imágenes de Cándido López, pero en ellas vemos desde demasiado lejos, como si estuviésemos observando los sucesos desde un mangrullo.
Con esta falta como disparador tiene lugar en el Museo Histórico Provincial Julio Marc de Rosario la muestra ¿Qué queda del daño? Imágenes contemporáneas de la Guerra del Paraguay, con curaduría de Juan Laxagueborde. La idea de desarrollar una exhibición sobre la guerra nace cuando le proponen desde el Marc a Alberto Passonili producir obra a partir de una pintura de la colección del museo, un óleo del ya olvidado Modesto González. Luego el curador encargó a Alejandro Rossetti, Laura Códega, Lucrecia Lionti y Ariel Cusnir que realizaran una producción a partir del imaginario de la guerra. A esto se sumaron las obras de María Luque, Alita Olivari y Benito Laren, quienes ya tenían trabajo relacionado con la guerra.
Las obras de estos artistas son contemporáneas, al igual que las de Modesto González, José Ignacio Garmendia y Enrico Pinaroli, pintores “históricos” que retrataron la guerra y cuyos lienzos también están presentes. La muestra se completa con dos objetos —un fragmento de la bandera del Paraguay y un morrión de un soldado paraguayo— retirados del campo de batalla por los soldados argentinos. El conjunto produce rápidamente una constelación que pone en evidencia que el daño producido sigue vigente, como un fantasma que surca la tensión temporal manifiesta en las obras.
“El derecho de la guerra es el derecho de dañar al que nos daña para que cese de dañarnos” dice Juan Bautista Alberdi en El crimen de la guerra (1870), y Laxagueborde retoma la frase para pensar la dimensión trágica de esa guerra en particular. Como el ángel de la historia postulado por Walter Benjamin, observamos los escombros de los proyectos modernizadores. Lo que queda del daño es la ruina dejada por estos proyectos. Tal vez haya que pensar desde ahí la dimensión política de la muestra. No siempre es fácil establecer una relación entre arte y política; aún menos cuando ese vínculo se establece a partir de un suceso lejano en el tiempo, sobre el que no sabemos demasiado. Quizás haya que acercarse por el lado de los afectos, entonces, y ver en las obras producidas por Rossetti, por ejemplo, que los buitres sobrevuelan un espacio —latinoamericano— que está sembrado de muertos.
Varios autores, ¿Qué queda del daño? Imágenes contemporáneas de la Guerra del Paraguay, curaduría de Juan Laxagueborde, Museo Histórico Provincial Julio Marc, Rosario, 18 de octubre de 2018 – 24 de febrero de 2019.
La exposición del colectivo m.o.n.t.ó.n. en el espacio Laboratorio es un hito en la historia del grupo nacido en 2022 que, con esta muestra...
Alguna vez reducido a sus elementos primarios, el arte revivió en su apertura conceptual a la palabra, la acción y la instalación sin perder el abismo ganado....
Un salón frío y gris se transformó momentáneamente en un falso laboratorio donde se lleva a cabo una ficción, de esas que son verdaderas. En la Facultad...
Send this to friend