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Un extraño efecto en el cielo es la primera exposición retrospectiva dedicada a Sebastián Gordín, casi veinticinco años después de su primera muestra individual en el Centro Cultural Rojas. La retrospectiva del Mamba aborda el trabajo de Gordín en dos salas que distribuyen un gran caudal de obras realizadas desde finales de la década del ochenta hasta 2011 y despliegan cronológicamente la construcción temprana de una iconografía hecha a base de cine, ciencia ficción y cómics, montada sobre textos e imágenes de la cultura popular. Cada pieza parece reafirmarse en la siguiente, no hay bifurcaciones, desviaciones, pasos en falso ni caminos inconclusos. Ya en sus comienzos, Gordín demarca sus intereses y el cuerpo de referencias que constituirían su obra. Mientras la pintura de gran formato aparece como una vía detenida, y los dibujos, ilustraciones y esculturas son medios que han cobrado un mayor alcance en el devenir de su trabajo, son sobre todo las maquetas las que conforman su cuerpo distintivo. El juego de escalas es central en su narrativa y se estructura sobre las posibilidades monumentales de la escultura y la creación de micromundos en las maquetas. Si las maquetas representan un cuerpo más o menos autónomo en el universo del artista, resulta clave poder observarlas en su propio devenir. Desde las piezas de los noventa, hechas con una tecnología precaria que hace que las figuras humanas resulten pobres en relación con las ambientaciones detalladas (Música para cucharitas en Eldor, Aquí todo es musical, ESPN, 1993-1994), Gordín avanza hacia la afirmación de un núcleo más despojado y menos narrativo pero tecnológicamente más complejo en la serie realizada con vaselina líquida y bombas de agua (expuesta en Ruth Benzacar en 2006) y concluye dramáticamente con las obras dispuestas en el segundo subsuelo, que son el esplendor mismo de la maqueta con sus pisos de parquet, figuras- condotiero a la Simone Martini, bibliotecas, escaleras, dispositivos lumínicos y puesta en escena.
Esta sala expone también la adquisición de un lenguaje virtuoso y bastante más severo, que se aleja progresivamente de la nostalgia del anclaje en Buenos Aires y la infancia que sobrevuela permanentemente en la sala superior, para afianzarse en el sentido cada vez más material, artesanal y sofisticado de la construcción, sin abandonar la narratividad.
La muestra deja leer a su vez el modo en que Gordín ha trabajado sistemáticamente no sólo en la reapropiación de la cultura popular –evidente en las referencias al cómic, la ciencia ficción y la literatura pulp–, sino en una apropiación personal de la tecnología visual decimonónica y sus dispositivos –cosmoramas, dioramas y cajas ópticas–, que son la matriz arqueológica del cine, así como el grado cero de su imagen.
Sebastián Gordín, Un extraño efecto en el cielo, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, 5 de febrero – 20 de abril de 2014.
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