Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
“La música siempre ha sido una maldición para mí”, expresa una voz en off, transida de carraspera, no bien arranca Miles Davis: Birth of the Cool (2020), un retrato del experimentado documentalista afroestadounidense Stanley Nelson (Jonestown: la vida y la muerte de Peoples Temple, 2006; Las Panteras Negras: vanguardia de la revolución, 2015) sobre uno de los músicos más importantes del siglo XX. Las palabras pertenecen a Miles Davis —no así la voz, pues se trata de una simple interpretación—. Esas palabras, junto con otras que reafirman la influencia absoluta que la música ejerció sobre su existencia, acompañan imágenes de una filmación casera que lo muestra al propio Davis, con el torso desnudo, mientras realiza ejercicios de boxeo. Las mismas imágenes reaparecerán durante el transcurso del documental, en aquellos momentos que representan los períodos oscuros en la vida del protagonista y que activarán en él la necesidad irrecusable de una transformación, un salto hacia delante, una forma de conjuro.
A partir del testimonio de familiares, amigos y artistas (como Carlos Santana, Wayne Shorter, Herbie Hancock y Quincy Jones, entre otros), pero sobre todo mediante un gran trabajo de montaje con material fotográfico y audiovisual, junto con una selección musical que funciona como perfecto fondo sonoro —una correspondencia que le confiere al documental su fuerza y atractivo—, Nelson establece una narración ordenada de los acontecimientos personales y artísticos más relevantes del hacedor de obras maestras como Round About Midnight (1957), Kind of Blue (1959) y Bitches Brew (1970). Un ecléctico vaivén de ascensos y descensos, cuyo sustento no es otro que la célebre autobiografía que Davis publicó con Quincey Troupe antes de su muerte: sus orígenes en una familia afroestadounidense de clase media en East St. Louis (Illinois), sus estudios en un prestigioso conservatorio, el célebre encuentro con Dizzy Gillespie y Charlie Parker que inaugura una trayectoria descomunal, caracterizada por la convicción de no quedarse quieto y perseguir nuevas formas de “acercarse a la música” y experimentar con ella, a partir de la improvisación como método esencial de composición. Una disposición vanguardista que suscitará la continua amplificación expresiva del jazz, en cada una de sus variantes de estilo (bebop, cool, hardbop, modal jazz, jazz fusión). A su vez, el documental se ocupará en su justa medida de las adicciones de Davis, sus relaciones amorosas no exentas de abusos ni violencia física, sus recurrentes depresiones.
Nelson se limita a la versión oficial de los hechos, sin desviarse ni entretenerse en demasía con ningún suceso en particular. La mesura define su proceder narrativo. Y sin embargo, a pesar de la forma convencional de su realización, o tal vez debido a esta, será posible advertir un enigma alrededor de Miles Davis, en el rostro extraño que las imágenes de archivo dejan entrever, en su mirada perdida hacia delante, como si interrogara el futuro. El documental no pretende resolver ni explicar el misterio. Por el contrario, va a rodearlo, a sugerirlo a través del trabajo en la superficie, en lo ya consabido. De esta manera, conservará la condición enigmática de un artista desobediente y su maldición.
Birth of the Cool. La historia de Miles Davis y su música (Estados Unidos, 2019), dirección de Stanley Nelson, Netflix, 115 minutos.
Los documentales de Netflix —salvo honrosas excepciones— están cuidadosamente elaborados a partir de fórmulas caducas con las cuales resulta complejo vislumbrar algo, por más ínfimo que sea,...
Cuesta creerlo hoy frente a la penosa cartelera de las plataformas de streaming, pero hasta Chris Marker, uno de los grandes experimentadores del cine, celebró a comienzos...
“Work” es el título del capítulo seis de The Philosophy of Andy Warhol. Al tratarse del libro de un artista, el instinto inicial es entenderlo por “obra”,...
Send this to friend