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Según un informe que publicó hace dos meses el diario Río Negro sobre los efectos del fracking, en la cuenca neuquina hay más de dos derrames de petróleo por día; en cuatro años hubo 3.368. Por su parte, la Secretaría de Ambiente de Neuquén contabilizó un total de 934 hechos de contaminación en los primeros diez meses de 2018, 703 en 2017, 868 en 2016 y 863 en 2015. En octubre de 2018 se produjo uno de los mayores derrames de la breve historia de Vaca Muerta en un área de entre 40 y 80 hectáreas cerca de Añelo, en un pozo propiedad de YPF y Schlumberger. Un relevamiento de la organización Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental (EJES) mostró que, entre marzo de 2014 y enero de 2018, hubo al menos 14 episodios de contaminación o problemas de seguridad: explosiones de pozos, incendios con llamas de hasta 15 metros de altura, roturas de canales de riego y 240.000 litros de agua tóxica derramada sobre chacras y cultivos de peras. La Confederación Mapuche de Neuquén, organismos de derechos humanos y la Asociación de Abogados Ambientalistas presentaron una denuncia penal contra las empresas por violar la Ley de Residuos Peligrosos, y otra contra las autoridades de la Secretaría de Ambiente de la provincia por abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público. En octubre de 2019, el cuarto informe periódico sobre Argentina del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU remarcó los impactos negativos de Vaca Muerta y su incidencia en el clima de todo el planeta.
El 60% de los animales representados en las pinturas rupestres del Paleolítico Superior son équidos y bóvidos. En la mitología egipcia la diosa Hathor, considerada hija de Ra, se representa, bien como una vaca con cuernos que sujetan un disco solar, bien como una mujer con cuernos de vaca. Hathor es la diosa del amor, de la alegría y del baile, y la protectora de los recién nacidos. En la mitología griega, Zeus se metamorfosea en toro blanco para seducir a Europa. A otra amante, Io, la transforma en becerra para librarla de los celos de su esposa Hera. Más importante y arraigado —desde el siglo V a. C.— es el culto a los bovinos en la India. La tradición hinduista cuenta que el venerado Krishna fue educado en un rebaño de vacas. Visnú, el salvador cósmico, también tiene el nombre de Govinda, “el vaquero”. Para los hindúes matar a una vaca es como matar a un brahmán. Gran parte de la población de la India aún considera a las vacas animales sagrados. Incluso los terneros tienen derecho a una bendición religiosa, como cualquier nuevo niño en la familia. Salvo en Bengala Occidental y Kerala, existen restricciones legales para la matanza de bovinos; las vacas son libres de pasear por las calles, interrumpir caminos o detener trenes, y sólo se come su carne después de la muerte natural.
Forensic Arquitecture es un grupo de arquitectos, programadores, cineastas, periodistas, artistas visuales, científicos y abogados basado en Goldsmiths, Universidad de Londres, que, en nombre de comunidades e individuos afectados por conflictos, violencias o destrucción del medioambiente, examina transgresiones a los derechos humanos cometidas por Estados, fuerzas policiales, ejércitos y corporaciones privadas. En octubre de 2019 FA publicó en su sitio web una investigación sobre Vaca Muerta suscitada por la afirmación de una comunidad mapuche de que la industria petrogasífera ha deteriorado irreversiblemente sus formas de vida. En 2013 la comunidad había construido un edificio desde el cual monitorear la expansión de la industria en sus tierras; muy pronto lo destruyó un incendio intencional. FA investigó el caso en colaboración con activistas del lugar, la confederación regional mapuche, la antropóloga Jorgelina Villarreal y la ONG Observatorio Petrolero Sur. En agosto de 2018, en el punto de extracción La Caverna, operado conjuntamente por YPF y la proveedora de servicios texana Schlumberger, hubo un enorme derrame de petróleo. La investigación de FA, basada en videos compartidos por trabajadores en redes sociales, filmaciones de prensa e imágenes satelitales, mostró no sólo cuánto habían crecido entre 2013 y 2018 las zonas de agotamiento de flora tanto a lo largo del río Neuquén como en la meseta cuya propiedad YPF y Chevron disputan a la comunidad mapuche, sino también áreas ya limpias de cualquier vegetación en varios pozos, la red caminera que los conecta y Pueblo de Añelo, el municipio más cercano a Vaca Muerta. En 2018 la Confederación Mapuche de Neuquén presentó una denuncia contra Treater —una compañía estadounidense de tratamiento de desperdicios, proveedora de YPF—, alegando que sus instalaciones infringían regulaciones medioambientales y acusando de participar de los daños a Shell, Total y Exxon Mobil. Treater no respondió. La Fiscalía de Delito Ambiental anunció que se ocuparía del caso, pero todavía no hay noticias.
En la Cuenca Neuquina falta el agua. Ya se están secando algunos caudales y en otros el nivel es muy bajo. Como esto pasa cada vez más cerca de la ciudad de Neuquén, se divulga el reclamo histórico de las comunidades, que venían aportando pruebas de que el fracking no sólo contamina y destruye; como absorbe enormes cantidades de agua, causa efectos devastadores. Cerca de la ciudad de Cutral-Có, en el paraje de Sauzal Bonito, donde desde hace cuatro años hay frecuentes sismos y se parten viviendas, hubo intensas jornadas de protesta por lo que abogados del lugar califican de holocausto ambiental. Y desastre económico, agreguemos, porque pronto será difícil que la represa de El Chocón, por ejemplo, genere energía eléctrica para el resto del país.
Quede dicho que la vaca no es inocente. La ganadería es responsable del 9% de las emisiones globales de CO2, del 35 al 40% de las de metano (debidas sobre todo a fermentaciones entéricas en el proceso de digestión y al estiércol), y del 64% de las de óxido nitroso, atribuibles principalmente al uso de fertilizantes.
El 5 de octubre pasado, Arabia Saudita y Rusia, como líderes de la OPEP+ (la mimada y periódicamente temida Organización de Países Exportadores de Petróleo), junto con sus aliados, acordaron retirar del mercado los 100.000 barriles diarios que habían decidido añadir en agosto, el primer gran recorte en la producción en dos años, en una apuesta por subir los precios como contraataque a los esfuerzos de Estados Unidos y Europa por ahogar las enormes ganancias que obtiene Moscú por la venta de crudo mientras devasta Ucrania. Al parecer la jugada resultó: el precio del crudo Brent (que se extrae principalmente del Mar del Norte y marca la referencia en Europa) se elevó en más del 1,5%, volviendo a niveles de septiembre. Estados Unidos había presionado a la OPEP+ para que aumentara la producción a fin de reducir los precios de la energía, que han alimentado el crecimiento de la inflación. En vano. Así que el presidente Biden, comunicó la Casa Blanca, “dejó claro que el suministro de energía debe satisfacer la demanda para apoyar el crecimiento económico”.
Pobre vaca muerta; no la dejan en paz. Consideremos, pues, las vivas. Las vacas son rumiantes (ruminantia), un suborden de los mamíferos artiodáctilos como las cabras, las ovejas o los venados. La primera acepción que el Diccionario de la Real Academia da de rumiar es “masticar por segunda vez, volviéndolo a la boca, el alimento que ya estuvo en el depósito que a este efecto tienen algunos animales”. Perezosa concisión, aparte de que depósito suena a eufemismo mojigato. Explicitemos: los rumiantes digieren los alimentos en dos pasos: masticando y tragando de manera normal, y después regurgitando el bolo para remasticar y volver a tragar, un proceso gracias al cual extraen al máximo el valor nutritivo. El estómago de los rumiantes se caracteriza por tener varias divisiones, cuatro en el caso de las vacas. La segunda acepción del DRAE es: “Considerar despacio y pensar con reflexión y madurez algo”, como cuando uno dice: “Estuvo rumiando la propuesta”. El tópico humano da por sentado que las vacas no piensan ni consideran; sólo son capaces de aprovechar los carbohidratos estructurales de las plantas (celulosa, hemicelulosa y pectina, las dos primeras constituyentes de la fibra, con lo que obtienen una fuente adicional de energía y pueden basar la alimentación en el forraje). Hay una tercera acepción, “rezongar, refunfuñar”, algo que un criador juicioso diría que las vacas hacen y lleva a algunos a hablarles con cariño cuando dan a luz o se las está ordeñando.
Especialista en desacato al sentido común, la literatura puede imaginar hasta qué punto las vacas rumian como tantos humanos creen que sólo lo hacen ellos. La vaca que protagoniza el cuento de Patricio Pron “El accidente”, un fenomenal fluir de empatía, es una holando-argentina de 400 kilos que todavía no ha sido ordeñada. Así que es lo bastante inmadura para dejarse tentar por unos pastos que la llaman desde el otro lado de una carretera, y pasar por encima de un alambre caído, con la mala suerte de que en medio del asfalto ve que se acerca a toda velocidad un coche que la va a arrollar. No sólo eso: en dirección contraria se acerca otro coche que tampoco tendrá tiempo de esquivarla. El primero lo maneja un hombre que lleva dos niños; el segundo, una mujer embarazada. Aunque ha cedido a los estímulos elementales que jalonan la mayor parte de su vida, en ese momento trágico la vaca percibe que otras vacas la miran; observa que los niños del primer coche no tienen abrochado el cinturón de seguridad, recuerda que cuando nació su madre y ella estuvieron a punto de morir, y que en aquel momento vislumbró que, si por un lado su dueño y los hijos procuraban alentarla, por otro había un sitio “de una luminiscencia intensa pero no cegadora en la que las almas flotaban en una satisfacción absoluta. No se trataba de un lugar, sin embargo, y flotar no es la palabra correcta, se dice la vaca, ya que, en tanto acción, presupone el tránsito de un estado a otro imposible en aquel sitio en el que es evidente que no hay tiempo; pero no tiene otra forma de explicarlo, aunque sea a sí misma”. Esta cadena de rumias e inferencias culmina casi en un despertar plotiniano: “temer la muerte, añorar a los que partían, lamentar lo que había sucedido pero también lo que no había pasado nunca, procurar anticipar el futuro o corregir el pasado no era en absoluto necesario a la luz de la certeza de que las almas bovinas estaban allí antes y después del mundo físico”.
“Lo real sólo es la base; pero es la base”, escribió Wallace Stevens. Real es que a los humanos fabricantes de vehículos les encanta adjudicar a sus modelos nombres de bestias. El pasado 8 de agosto, entre las 6.30 y las 7, cuando circulaba por la ruta provincial neuquina 51 hacia el lago Mari Menuco, el conductor de una camioneta Fiat Toro se llevó por delante un ternero que, en palabras del diario LM Neuquén, “se había subido de repente a la cinta asfáltica para intentar cruzarla”. El hombre sufrió golpes leves; la trompa de la camioneta quedó hecha un fuelle; el ternero murió en el acto y quedó tendido junto a la banquina. Según testimonios de muchos conductores, en esa zona es habitual toparse con vacas, ovejas o caballos sueltos. En los municipios no hay control ni registro de los dueños; tampoco lugares adonde trasladar a los animales para prevenir accidentes similares, cada vez más frecuentes no sólo en la ruta 51 sino en otras, sobre todo la 7 que lleva a Añelo.
Añelo es la localidad más cercana a Vaca Muerta. Dadas las posibilidades de empleo, entre 2013 y 2016 el número de habitantes creció de 2.449 a 7.000. De 2015 a 2019, años difíciles por la baja del precio internacional del petróleo, la industria despidió a tantos operarios que sólo el 10% de la población mantuvo un trabajo vinculado al petróleo. Ahora, sin embargo, la Secretaría de Obras Públicas prevé que en los próximos años se instalarían 34.000 personas. Tal vez se haya quedado corta. Durante este año, en el marco de un proceso de planificación estratégica conocido como Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES), el municipio, la provincia, la nación, YPF y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) elaboraron el “Plan Añelo Sustentable”, considerando, dijo el subsecretario del Consejo de Planificación y Acción para el Desarrollo (COPADE), las ocho cuestiones con mayor impacto en el crecimiento urbano y en la sustentabilidad medioambiental: uso del suelo, agua, drenaje de aguas pluviales, salud, vulnerabilidad ante desastres naturales, energía, transporte y saneamiento. Si bien YPF ya está financiando algunas de las obras de crecimiento a corto, mediano y largo plazo que contempla el plan, se va a necesitar una inversión total de 246.544.036 dólares. Poco a poco, el puñado de luces que era Añelo de noche fue aumentando sin pausa. Hasta no hace mucho al borde del pueblo se extendían la estepa agria, una planta industrial de 300 hectáreas y dos barrios, La Meseta y El Desarrollo, en proceso de construcción. Debajo del suelo había gas y petróleo en cantidad suficiente para abastecer de energía al país y exportar. Cuando se anunció el Plan Añelo Sustentable, dedos emprendedores ya se habían levantado hacia Neuquén: Vamos allá, socios míos.
Ya van. Junto con sustancias químicas y millones de litros de agua, el fracking inyecta a presión arena silícea. El compuesto agrieta las rocas y cuando el líquido se escurre, la arena mantiene las grietas abiertas para que los fluidos broten continuamente. La fractura de cada pozo insume unas 500 toneladas de arena, y si Vaca Muerta sigue desarrollándose va a necesitar 8 millones de toneladas por año. Chubut fue la primera provincia argentina en activar la extracción de arena silícea (que antes de la estatización de YPF se importaba de China, Estados Unidos y Brasil), pero se estima que hoy el 80% del material que se usa en Vaca Muerta lo proveen empresas basadas en Entre Ríos. (Buena parte va en barcos a Bahía Blanca, y desde ahí por tren). Cinco funcionan a pleno. Y en la zona de Diamante hay un proyecto de extracción de arenas silíceas de la belga Jan de Nul Group, a través de Arenas Argentinas del Paraná, la misma firma que en 2016 fue contratada por la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) para realizar el dragado del río. Está frenado, aunque sólo momentáneamente, en parte por la acción de organizaciones ambientalistas.
Pero hay otras maneras de medrar. IDERO Arquitectura está construyendo y terminará en unos meses Espacio Añelo, según la propia firma “un producto premium que se posiciona como una solución habitacional en el corazón de Vaca Muerta” y busca “satisfacer una demanda creciente de alquileres temporarios para empleados de empresas petroleras multinacionales y afines”. Se trata de un edificio de planta baja con cinco pisos ubicado en una zona sísmica. Cada piso tendrá 60 departamentos con unidades de uno, dos y tres ambientes. La estructura es completamente de acero, más flexible que el hormigón y más adaptable a los movimientos de la tierra. Lucas Salvatore, director de IDERO, le dijo a Infobae que el valor del metro cuadrado de construcción es de 850 dólares con IVA incluido. Para quien quiera comprar, el metro cuadrado se vende a 2.000 dólares, lo mismo que en Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires. Y sí. Es que IDERO diseña y fabrica la mayor parte del proceso constructivo con personal altamente calificado, máquinas CNC, robots de soldadura y estrictos controles de calidad, lo que, según informa la página de la empresa, permite lograr un alto nivel de previsibilidad y precisión.
Hay que informarse fuera de esa página, desde luego, para saber que, si el diseño arquitectónico es de IDERO, la constructora de Espacio Añelo es Caputo Hermanos, la empresa de amigos de Mauricio Macri que, para la confección del mobiliario de los departamentos, pagó 8.314.854 pesos (en diferentes facturas) al rudimentario carpintero Jonathan Morel, líder del grupo ultraderechista Revolución Federal. Morel cobró notoriedad como hacedor de guillotinas amenazadoras y protagonista de varias manifestaciones de violencia macabra que por lo menos crearon el calvo de cultivo para el intento de homicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Pero mientras se construye Espacio Añelo, desde Vaca Muerta ya se lanzan otras seducciones. La página “Explorá Añelo” de Trip Advisor propone alojarse, bien en el hotel Sol de Añelo, bien en el Cyan Wenelen Vaca Muerta, bien en el complejo Patagonia, que mezclan lo encantador, lo moderno y lo comprobado, y desde la comodidad de alguno de ellos hacer excursiones al Valle Perdido Wine Resort, la Gruta de las Vírgenes o alguna pista de esquí. Por su parte, el sitio web del despampanante Shale Hotel invita al viajero a despabilar los sentidos y lo alienta con un lema, apelativamente ambiguo: Que su viaje no sea sólo de negocios. No todo es hidrocarburos. ¡Conozca Añelo! Sírvase usted mismo.
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