La sagrada mercancía

La sociología de la literatura se ha transformado en historia del libro. El camino marcado por la importación de los estudios culturales y la sociología de tono estructuralista de Pierre Bourdieu a lo largo de los setenta y ochenta, vía Punto de Vista, Sarlo y Altamirano, comenzó a adoptar un nuevo cariz debido al ingreso de lecturas que incluían a nuevos autores para el campo en su versión local: Roger Chartier, Robert Darnton, etcétera. Al mismo tiempo, el giro archivístico, con su abrumadora vigencia en los actuales programas de estudios literarios, ha habilitado también el crecimiento de la disciplina en la medida en que resulta mucho más elocuente en cuanto a la relación entre la hermenéutica, la crítica y los soportes materiales. La naturaleza física dice más acerca de los vínculos entre estas tres instancias, siempre y cuando prime la descripción por sobre las otras dos prácticas restantes, bien podemos decir, más espirituales. La sagrada mercancía. Estudios sobre literatura y edición, de José Luis de Diego, es el tercer libro del especialista en el sello Ampersand que se concentra en seguir el desarrollo de una disciplina cada vez más en auge, pero aún sin un reconocimiento institucional que le preste validez académica.

La sagrada mercancía tiene las ventajas y desventajas de una recopilación de artículos. Los puntos a favor son los trabajos sobre la colección Capítulo, por caso, verdadera puesta en abismo del libro: las tensiones en el interior del campo de los estudios literarios entre la primera y la segunda edición de los suplementos que acompañaban las ediciones del Centro Editor de América Latina de los clásicos nacionales replican el afán de especificidad que reclama para sí la historia del libro frente a otros paradigmas. O sea, la apertura del equipo dirigido por Susana Zanetti y el modo en que retomó o reconfiguró la primera edición de esa propuesta editorial revelan una búsqueda de modernización en los estudios literarios que bien puede ser la misma que De Diego persigue con el desarrollo de esta corriente de investigación. Hay momentos en que la prosa más propia del investigador da paso al ensayista: “Sobre Galerna (1967-1976), la editorial de Schavelzon” deja ver un aire melancólico acerca de otro momento del mercado del libro que se confirma con el particular ensayo de cierre. “Representaciones distópicas de la destrucción de libros en la literatura y el cine” es un trabajo de análisis de imaginarios de fin del libro que son contrapuestos con precisión con el peligro real del mercado del libro: no su destrucción en una pira fascista, sino la sobreproducción del mundo capitalista desregulado. De ahí la mención a momentos nuevos de lo editorial, donde hasta los sellos más encumbrados tienen subsellos dedicados a “libros de autor”, pagados por quien los escribió, en tiradas chicas pero que, acumuladas, hacen crecer la cantidad de libros producidos año tras año. La crisis del libro es otra: la producción no para y la falta de tiempo para leer se encuentra con la sobreabundancia de la oferta. Ese último artículo resignifica todo el texto: además de un notable trabajo de archivo, de la presentación de hipótesis interesantes y arriesgadas, el breve ensayo que cierra La sagrada mercancía es una honesta pregunta en torno al mundo del libro actual y a su imposible después. Una pregunta por el porvenir que, como se sabe, es lo más espiritual, lo menos material que tenemos a mano. Sólo la crítica podría tomarse tales permisos.

José Luis de Diego, La sagrada mercancía. Estudios sobre literatura y edición, Ampersand, 2024, 314 págs.