Las sospechas del dinero

A lo largo de la historia occidental, numerosos pensadores han colaborado para dar sustento argumentativo a la opinión de que el dinero es culpable de la corrupción de la vida social. La reflexión teórica sobre los sectores populares, en particular, cuando no ha prescindido de analizar los vínculos monetarios, ha tendido a hacerse eco de la sospecha que responsabiliza al dinero por la degradación moral de los actores y sus prácticas sociales. La perspectiva que inaugura Las sospechas del dinero se ubica en el espacio tensionado que se abre entre esas sospechas y el lugar central que ocupa el dinero en la vida personal y colectiva de las clases populares en la Argentina. Encara esta tarea en tiempos de un nuevo paisaje económico subalterno, más complejo y heterogéneo, en el que coinciden la redefinición de las pautas de consumo, la extensión de los procesos de financiarización, el incremento de los flujos monetarios estatales y la reestructuración de los mercados de bienes ilícitos (y de su vínculo con la violencia), entre otros procesos.

La tesis general, en clave maussiana, invita a pensar el dinero como un “hecho social total” (articulador de la totalidad de las dimensiones de la vida personal y social). Esta idea se “operacionaliza” a través de una clasificación que, siguiendo los trabajos pioneros de Viviana Zelizer, busca sistematizar los múltiples usos y significados con los que las diferentes “piezas” monetarias son “marcadas”. De este modo, la investigación aparece ordenada siguiendo el itinerario que, a través de una década de trabajo de campo en diferentes contextos, ha permitido al autor reconstruir, en su específica índole valorativa (personal y colectiva), el significado conflictivo de seis piezas de dinero: el dinero donado, el dinero militado, el dinero sacrificado, el dinero ganado, el dinero cuidado y el dinero prestado.

La sociología moral del dinero de Wilkis, auténtica topografía de los antagonismos sociales, instiga con hipótesis provocativas a descubrir, allí donde las sospechas sobre el dinero la han ocultado, una agenda de investigación que no se limita al mundo popular. Así ocurre, por citar sólo algunos ejemplos, cuando se aventura la idea de que la monetización de la política no es el flagelo que amenaza sino la condición de posibilidad de la sociabilidad política popular; o cuando el “dinero donado” es expuesto como un dispositivo que moviliza asimetrías de poder (quien juzga, quien es juzgado), para proyectar una forma de participación social legítima; o cuando una aproximación a los procesos de financiarización de los sectores populares permite echar luz sobre los debates que, desde los países centrales, buscan caracterizar el capitalismo financiero contemporáneo.

Ariel Wilkis, Las sospechas del dinero. Moral y economía en la vida popular, Paidós, 2013, 192 págs.