Antes de que te vayas de casa

Entre El limonero real y Nadie nada nunca, dos de sus grandes novelas, Juan José Saer publicó La mayor, un libro de cuentos tan extraño como potente. En ese libro, luego de dos cuentos, al menos en su extensión, formales (y geniales), aparece una tercera parte llamada “Argumentos” compuesta de relatos breves —alguno más ensayo que relato, cada uno con su título, la mayoría de no más de una página—, en donde se entrecruzan personajes, situaciones y reflexiones que le dan al conjunto una densidad diferente. Quiero decir, las ficciones breves de Saer dicen mucho menos de lo que el lector querría leer y es justamente ahí, en lo que no dicen, en lo que el lector debe armar en su cabeza, donde el libro se completa. Antes de que te vayas de casa, la nueva novela de Pablo Natale —vamos a llamarla novela—, compuesta de varios relatos breves, cada uno con su título, la mayoría de no más de dos páginas, tiene mucho de esos argumentos saerianos en formato y, sobre todo, imaginación. Una diferencia no es sólo la disposición (en La mayor los relatos breves se limitan a una parte, en Antes de que te vayas de casa están en todo el libro, son todo el libro), sino, y fundamentalmente, el marco.

La novela nos da la clave de entrada: un texto breve nos indica que hay cuatro cuadernos donde alguien, al principio no importa quién (autor, narrador, antihéroe, da igual), anota diferentes cosas que se le ocurren. En uno hay detalles de su biografía, en otro argumentos de novelas, en otro ejercicios para poder dormir y en el último frases que sueña, que puede o no saber de dónde vienen. A lo largo del libro habrá otros textos sin titular, mezclados entre cuarenta y dos relatos titulados (la mayoría muy breves) y seis citas sueltas. Un lector entonces podría —el condicional es porque con Natale nunca se sabe— interpretar que en los textos sin titular, escritos en tercera persona, se cuenta a ramalazos la historia de desplazamiento —una mudanza es eso— y frustración amorosa del autor: cuarenta y ocho anotaciones, contando los relatos más las citas, como cuarenta y ocho ventanas a una historia de un amor que se rompió. No cualquier amor, el de un escritor. ¿Qué hace un escritor hundido? El chiste se cuenta solo: ficción, ficción para corregir la realidad.

Para leer al experimental Natale, uno tiene que estar dispuesto a abandonarse al juego. Su libro está repleto de alusiones, de guiños secretos, de saltos, de aliteraciones, de ficción sobre ficción, y, justamente por eso, es prodigiosamente entretenido. Mediante tachaduras, borrones, dibujos, espacios en blanco, una fábula sobre un gato y una luciérnaga contaminada o un texto sutil protagonizado por una taza en un mantel —vaya ese homenaje al abandono y la pasividad de Di Benedetto—, Natale hace lo que quiere, lo hace porque puede y porque, claro, funciona. Y en el medio de todo eso incluye un cuento más largo y genial (“Hospital vacío, sol estrellado”) sobre un escritor que es dejado y no lo puede aceptar. Si la elegancia consiste en darle un sistema al caos, como se dice en el libro, Natale es un escritor, sin dudas, elegante.

Al principio, en uno de los relatos que funciona como ejercicio, el narrador dice que leyó La mayor, un libro con un cuento perfecto sobre una ciudad que se inunda y un tipo que se va. Podríamos parafrasear a ese narrador (o autor o antihéroe, da igual) y decir que Antes de que te vayas de casa es un libro con un cuento perfecto sobre una casa que se inunda y un tipo que la abandona.

Pablo Natale, Antes de que te vayas de casa, Editorial Nudista, 2022, 152 págs.