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Esta nueva edición de Contéstame, baila mi danza nos ofrece en forma ampliada las traducciones que Diana Bellessi ha llevado a cabo de obras de Muriel Rukeyser, May Sarton, Denise Levertov, Ursula K. Le Guin, Adrienne Rich, Diane Di Prima, Mary Oliver, Lucille Clifton, June Jordan, Judy Grahn, Irena Klepfisz y Olga Broumaz, más el ensayo “No podemos vivir más sin nuestras vidas”, de Barbara Deming.
Tal como señala en el prólogo, para Bellessi la traducción, junto con la enseñanza y la escritura reflexiva, es un desprendimiento de la tarea central de su vida: escribir poemas. Por lo tanto, este libro da testimonio de una concepción del trabajo de traducir, no como un simple pasaje o transporte de sentidos o motivos sonoros en tributo a la comunicación, sino como la actividad más próxima a la escritura del poema; y las traducciones que lo integran son el resultado de las resonancias musicales y experienciales que otra lengua puede producir en la nuestra, y nos entregan, más que una versión en español de textos escritos en inglés, poemas en lengua española.
Podríamos decir entonces que Contéstame, baila mi danza propone, al menos, tres planos de lectura. El primero, y casi evidente, consiste en entregarnos con disfrute a la antología y la traducción de trabajos que con el paso de los años se han convertido en pilares de la formación y comprensión de la lírica de la última mitad del siglo XX y lo que va del siglo actual, para así dimensionar la evolución de la poesía escrita por mujeres como una actividad que se contrapone a lo que Diana Bellessi llama “la mujer escrita” y un movimiento que postula en su lugar la aparición de “la mujer escrita escribiéndose” (figura esta última que, en palabras de la traductora, a partir de la conciencia de su rol inscribe “su mirada al mundo en múltiples detalles de vinculación” y lucha “cuerpo a cuerpo con las palabras que ya no la contienen”).
El segundo plano implica reparar texto por texto y experimentar, no sólo el pasaje posible de una lengua a la otra, sino también cómo las formas halladas en un idioma extraño resultan disparadoras de formas en la lengua propia; es decir, cómo la traductora, incitada por el otro idioma, distingue y captura zonas en su lengua a partir de “dar cauce, a través de la emoción propia, a pensamientos y emociones de una voz ajena”.
Veamos, por ejemplo, lo que ocurre en “El golfo (II)”, el poema de Denise Levertov, donde la áspera sonoridad percibida en los versos finales se acera blandamente hasta brillar en su pasaje al español. Bellessi traduce “That boy with long, cold / stems of stolen gladioli aching his arms: / No place to go” como “Aquel muchacho con largos, fríos / tallos de gladiolos robados doliendo en sus brazos: Sin lugar adonde ir”. El sintagma “gladiolos robados doliendo”, de alguna manera pule la rugosidad de “stolen gladioli aching”, aunque sin perder la irradiación del padecimiento ni la tristeza del conjunto de la imagen, y abre en la lengua de llegada una forma de utilizar el gerundio con precisión imaginativa. (Al respecto, hay que resaltar un fenómeno extraño que se da durante la lectura: si por error quien lee continúa en la página del otro idioma no nota en forma inmediata la diferencia del cambio hasta que repara en qué lengua está leyendo. Es un fenómeno no muy común, y que da mucho para pensar y discutir, pero que no debe pasarse por alto como dato de la aptitud de la traducción de Contéstame, baila mi danza para captar frecuencias de continuidad entre una y otra lengua a la hora de plasmar imágenes y tonos).
El tercer plano es personal y concierne a entender este libro como otra de las caras de la obra de Bellessi. Un costado en el cual pueden rastrearse las instancias decisivas de sus lances y elecciones, de sus instintos y sus búsquedas, ya que, como ella misma ha referido en más de una oportunidad, leer a este grupo de poetas norteamericanas ha sido crucial en su trabajo. De modo pues que es posible considerar el volumen como el reverso de la obra reunida y encontrar en él las antecámaras de espacios de creación y los descubrimientos de formas personalísimas. Tal es el caso, por ejemplo, del vínculo entre los poemas de Mary Oliver “Flores mocasín” y “El cisne” y el de Bellessi “Estrelitzia reginae”, texto del cual su fuente figurativa y motora no se ubicaría con nitidez en la otra lengua sino más bien en la apropiación de esta mediante su traducción.
Diana Bellessi, Contéstame, baila mi danza (13 poetas norteamericanas), Salta el Pez, 2019, 658 págs.
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