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Creciendo en público retoma un célebre título de Lou Reed, acto confesional y valiente: “growing up in public with your pants down…”. Quizá nunca antes los experimentos biográficos en historieta corrieron tantos peligros como los que acechan detrás de los valores contemporáneos que promueve la cultura de lo íntimo. Por eso, las excepciones como este libro son bienvenidas. A través de sus páginas se superponen varios tiempos y destiempos: el de las canciones de rock (reminiscencia de Sol de noche, la clásica historieta de Patricia Breccia y Guillermo Saccomanno); un marco de guiños actuales (la política, el arte, la familia) y un tiempo pasado inmediato: la publicación del propio García de Llegar a los 30 (2007).
Acaso, cada vez que el autor insiste en los avatares de esa precuela, la narrativa pierde un poco: demasiado críptica para aquellos que no leyeron su obra de iniciación y demasiado autorreferencial para aquellos que sí lo hicimos. Y es que, precisamente, en Creciendo en público lo destacable es la “doble maduración” de García: el narcisismo experimental deja paso aquí a una producción sólida (¿adulta?) en lo gráfico y lo narrativo. Sus observaciones acerca de las políticas macristas o el círculo perverso de las instituciones de arte arrojan una lectura crítica alejada de la exaltación del yo de muchas autobiografías. En más de cien páginas, el autor pone al descubierto intimidades, deseos y flaquezas, pero en lugar de que sus peripecias amorosas y profesionales ocupen el centro del relato, “su vida” sólo cobra sentido en el contexto de una trama mayor, pública y colectiva.
En cuanto al dibujo, podría decirse que adquiere una textura por fuera (o en el linde) de las convenciones narrativas de la historieta. La tipografía, el uso de los negros, los movimientos sobre el plano, el puntilleo vital de sus composiciones, la prosa pixelada: todo confluye en un ejercicio complejo y bien formado. Allí se advierten las deudas con la escuela americana independiente, pero también las clases con Alberto Breccia. Su educación sentimental expone un capital que abreva en distintas canteras culturales: la música, el cine, la plástica, la literatura, los fenómenos urbanos y, desde luego, la historieta. El trabajo de García forma parte de esas escrituras que en lugar de entender las vanguardias como un futurismo con pie en la tradición, se imponen con particular interés por incorporar materiales nuevos: suerte de futurismo retro que tiene algo del entramado sampler y desjerarquizador de la era postintertextual.
Resta decir algo acerca de la edición. Bajo la polémica fórmula de “novela gráfica”, lo que se cuenta y lo que se muestra difícilmente podría haber cuajado en otra categoría. En su formato se asemeja al Comic Journal o a la tapa de un bello disco de vinilo, referencias que quizá no hayan estado presentes en la diagramación, pero que sin duda conviven en la imaginería conceptual y fértil de este inmenso dibujante.
Ezequiel García, Creciendo en público, Tren en Movimiento Ediciones, 2013, 112 págs.
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