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Germán Maggiori es conocido por haber escrito uno de esos libros que se te quedan años en la cabeza, los que rumiás una y otra vez: Entre hombres (2001), un retrato de una Argentina hambrienta que pasó desapercibido por el quilombo del “que se vayan todos”. Por suerte, Edhasa lo reeditó hace unos años para beneplácito de lectores y lectoras.
“A la derrota se la combate con más derrota, hasta que la derrota se convierte, en su persistencia, como la única forma real de la victoria”, escribió Maggiori en la nota preliminar de su nuevo libro, Egotrip, un tratado sobre la derrota y una suerte de road movie esquizoide. El protagonista es Edgardo Caprano, un oficinista “matado”, desesperado y cocainómano. Un hombre caído en desgracia que escapa de todo: un trabajo de mierda en una prepaga, una ex mujer que lo abandonó por un fisicoculturista impotente y no le deja ver a su hija. En su viaje iniciático por la Patagonia conoce a una parva de descompensados: artesanos fumones, un ex baterista de una banda tributo a Rush, una travesti vieja y nazi, y un odontólogo que parece un serial killer. Lo único que lo mantiene atado al mundo de los cuerdos es la esperanza de volver a ver a su hija. Caprano se aferra a ella como si fuera una estampita.
La gran destreza de Maggiori es jugar con los géneros, estirarlos hasta el límite y crear así un hibrido mutante, avasallador. El policial y el realismo sucio mutan en sus manos. A su vez, recorre las cavidades del lenguaje, traza un mapa, lo calca. Sabe cómo captar la oralidad. Un ejemplo: el capítulo en que relata con la primera persona de un drogón cómo fue el estallido social del 20 de diciembre de 2001. Actúa ahí como un espeleólogo de la lengua.
En el epílogo, Maggiori confesó que se tomó el atrevimiento de apropiarse de los textos de este tal Caprano, un derrotado que había conocido por casualidad en un laburo y le había mandado una caja con cuadernos llenos de sus anotaciones y relatos. ¿Qué es entonces Egotrip? ¿Apenas el rejunte plagiado de esos cuadernos? ¿Maggiori es otro “Salieri” sin nafta creativa? ¿O es sólo un juego literario? Un antecedente: en su libro de cuentos Poesía estupefaciente (2013), premiado con el segundo premio del Fondo Nacional de las Artes, Maggiori incluyó cuentos de Caprano mezclados con los suyos. El plan era llamar la atención de este hombre, que aparezca. Egotrip no sería otra cosa que un nuevo intento de invocarlo, hacerlo salir de su cueva.
El último capítulo del libro, “Aldave en la zanja”, es la historia de un gaucho borracho que palea en la zanja de Alsina, se retoba frente a sus patrones y se salva de un malón por caer en un pozo. Esta historia recuerda (en su fraseo, en su respiración) al cuento “El gaucho invisible”, de Ricardo Piglia, su padrino. Dos historias que podrían suceder en el mismo universo narrativo. Con Egotrip, Maggiori termina de inscribirse en esa tradición literaria.
Germán Maggiori, Egotrip, Edhasa, 2017, 312 págs.
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