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En tiempos en que parecen desdibujarse los límites de la poesía, entendida como una tarea propia de la palabra escrita, Las siete maravillosas antologías contemporáneas confirma que, así como para muchos lectores es difícil separar versos de ciertas referencias culturales, casi no quedan criterios claros para diferenciar un poema de piezas de otros géneros. Pablo Natale hace un inventario de la vida cotidiana desde una poética algorítmica que, mediante distintas combinaciones premeditadas, intenta dar cuenta de una manera de escribir y de publicar en un presente en el que lo más visible son las incontables antologías literarias que circulan.
El libro da en la tecla sobre una suerte de Zeitgeist desde el que podría pensarse un estado de la actualidad literaria, y se plantea la dificultad para representarnos el mundo desde los límites de nuestro lenguaje. Para Natale, el problema de la representación de lo real entraña considerar el lenguaje como un campo de batalla donde ninguna experiencia estética ni experiencia ligada a la palabra alcanza para dar cuenta de lo que ocurre en el mundo: “Esta es la guerra de los iconitos”. Se trata, en otras palabras, de la batalla para construir sentidos en un momento en que la tarea parece irrealizable.
El paso del tiempo nos recuerda que la lengua también se oxida y deteriora: “días que vienen el médico me toma la presión y me dice que me tranquilice me dan sopa quiero sopa y soy los años que no fueron los años que me quedan tengo una laguna en la lengua”. En este cuadro, la lengua termina por ser una especie de archipiélago mental y los poemas como islas que llevan al límite toda significación. Hemos entrado en un universo intertextual: un libro escolar lleno de poesías de niños tirado en la calle, un cachalote, poemas clásicos remixados, citas sobre citas de autores contemporáneos, menciones a publicidades de toda clase de productos y vagas alusiones al clima político actual con los que, a la vez, imprevistamente se activan diferentes instrucciones de lectura.
No sólo el presente —como sitio desde el que decidimos narrarnos— es un tema para Natale. También el futuro: “Uno de nosotros dijo que no quería llegar a viejo y otro que no quería llegar a viejo y otro que éramos una caja de leche larga vida con la fecha de vencimiento marcada”. Hay aquí una manera de imaginar el porvenir en que el aspecto sensible de la experiencia es completamente abandonado: “acurrucados, seremos gente muerta bien a la moda súbditos de la productividad y el miedo y nunca nadie dijo que era culpa de nosotros vivíamos en una caja de zapatos como si viviéramos en un mundo nuestro cerebro fue una máquina de la época y la electricidad nos fulminó los sicarios del ACV enfrentad”. En esta realidad en constante movimiento hacia ciertos modos de la entropía cabe preguntarse si acaso la lengua, y no sólo la poética, no se agota en sí misma cada vez que intenta tender un puente con la experiencia.
Las siete maravillosas… es un libro abierto a lo indeterminado, escrito como el resultado de una idea conceptual. Podemos considerarlo estado transitorio de un borrador que permanentemente está siendo reescrito, tal vez como respuesta a las formas tradicionales en que nos leemos y a partir de las cuales se estén delineando ignoradas posibilidades de la lectura y nuevas formas de vida.
Pablo Natale, Las sietes maravillosas antologías contemporáneas, Editorial Nudista, 2017, 144 págs.
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