Arpegio

Nara Mansur Cao

LITERATURA IBEROAMERICANA

Arpegio es un libro de versos tratados como notas musicales; de poemas como partes de una sinfonía en la que cada instrumento tiene una voz. Afirma que la música existe en el universo, y aprender a relacionarnos con los sonidos implica un ejercicio de escucha y atención porque hay un correlato entre las melodías de la naturaleza y la vida. ¿Con qué canciones vamos a identificarnos cuando hablemos de nosotros mismos? ¿Cómo quisiéramos que nos recuerden? ¿Y cómo recuperamos las voces de quienes ya no están en este mundo?

La combinación armónica de los sonidos es un gesto premeditado, un arpegio supone comprender la capacidad para ordenar las notas en un mismo plano, parecido a lo que ocurre cuando con las palabras proponemos combinaciones hasta dar en la tecla y quedar conformes con lo que queremos enunciar. “Pronunciar una palabra es como tocar una tecla en el piano de la imaginación”, dijo Wittgenstein. ¿Y acaso no son los poemas de este libro un dibujo musical en sintonía con esa frase? ¿Qué prefigura un verso? ¿La imposibilidad de clarificar una emoción o de reconstruir un hecho pasado? “El dominio total la habilidad impresionante el gran número de ejecutantes el gran número de arpegios el gran número de solos y en general el virtuoso que estudia el arpegio en el plano en el tono el cadáver en primer plano Es útil Tocarás arpegios tocarás nunca sonará una nota disonante debido a que el acorde base de la progresión contendrá las mismas notas que el punteo Tocarás pero si agregas borra guata vísceras de otro animal el instrumento va a quedar más relleno”. Lo que recuperamos es un sentimiento incompleto que creíamos perdido, una trama familiar narrada en retrospectiva desde diferentes voces en la que nuestras alegrías y tristezas se encabalgan de manera continua y armónica.

Para Mansur el poema es el resultado de una improvisación tanto como de una decisión buscada entre múltiples opciones sostenidas por una conexión con el pasado y el momento mismo en que se anuncia una intención: “El incendio el devastado tiempo ya fue / El irrecuperable don el daño al fuego (tú, cenizas)”. El tono premeditado de la escritura se abre ante nosotros los lectores y permite que anotemos sentidos desde diferentes expectativas a partir de la unión entre la música y la palabra. Mansur trabaja con formas que surgen y de manera simétrica trata de ordenarlas y de versificarlas. Sugiere que seríamos infinitamente sensibles a los sonidos y a las imágenes del mundo a la vez que intentamos escuchar nuestra propia voz en relación con nuestro árbol familiar, y el poema resultaría en una artesanía, consecuencia de un arduo trabajo con las huellas que la realidad ha ido dejando en el núcleo del lenguaje.

Arpegio habla de situaciones enredadas en la mente y el corazón a partir de las que se espera que podamos formular un verso: “Acuérdate de mirar el cielo en su plenitud, eso da sensación de libertad, de optimismo, disfruta lo bello de ese lugar, déjale poco espacio a lo triste, a lo áspero”. Los circuitos sentimentales tienen tantas contradicciones como formas de recordar o de percibir un hecho. Para escribir poesía quizá sea necesario ejercitar una técnica, una modalidad desde la cual declinamos diferentes posibilidades que terminan por articular una voz desde la entrega plena y desde la incertidumbre, por más que de fondo estemos hablando de nuestra propia historia. Ensayamos vocablos, una y otra vez, para que una voz anudada en el silencio de las cosas se pueda desatar y con ello moldeemos la materia del silencio.

 

Nara Mansur Cao, Arpegio, Alción Editora, 2019, 80 págs.

29 Oct, 2020
  • 0

    La estación del pantano

    Yuri Herrera

    Mercedes Alonso
    21 Nov

    Después de la década de 1950, dice Carlos Monsiváis, el muralismo mexicano se traslada a los barrios chicanos de Estados Unidos. El stencil que ilustra la portada...

  • 0

    Atrás queda la tierra

    Arianna de Sousa-García

    Enrique Benítez Palma
    14 Nov

    El hundimiento de un país deja ruinas y cascotes que tienen nombres propios. En el caso de Venezuela, son los nombres de las mujeres que perdieron a...

  • 0

    Todo lo que aprendimos de las películas

    María José Navia

    Gabriela García
    31 Oct

    El primero de los diez relatos de este libro, “Mal de ojo”, podría funcionar como un perro lazarillo a través de sus historias enhebradas. En él, la...

  • Send this to friend