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Anarquista, romántico, existencialista, insultador como ningún otro, amigo de Martí y Darío y, antes que nadie, de sí mismo. Se llamaba José María Vargas Vila, nació en algún año desconocido de la mitad del siglo XIX en Colombia y murió en España en 1933. Fue, según esta biografía novelada que lleva por título La semilla de la ira, escrita por Consuelo Triviño Anzola (Bogotá, 1956), “el escritor más leído en lengua española”.
Las máscaras de Vargas Vila es el subtítulo de este enigma en la portada española (en Colombia se editó en Seix Barral), porque esta novela representa para muchos la entrada en el mundo del autor de las pocas novelas eróticas que circulaban en Hispanoamérica a principios del siglo XX, el orgulloso excomulgado por el Vaticano, el viajero, el diplomático, el hombre de letras más rebelde y crítico con las instituciones, un dandy que, siendo popular para los lectores del momento, representa un olvidado por la Historia de la Literatura. El autor de Ibis y de El imperio romano, el atrevido y el que no calla jamás, es el que repite a lo largo de su vida su más profunda certeza: “Pasarán cien años, muchos más quizás, y mis palabras renacerán para poner el dedo en la llaga y evidenciar las mentiras de la historia”.
La narración logra dos triunfos necesarios para toda biografía que pretenda iluminar un personaje controvertido: en primer lugar, humaniza un mito otorgándole una voz a través de un estilo literario ampuloso, engolado, que consigue registrar el modo en que el escritor producía; en segunda instancia, la seguridad de los límites entre la realidad y la ficción que maneja Triviño Anzola se ajusta con precisión, de modo que la obra se enriquece a la hora de envolvernos en la trama de un personaje extraordinario, a la vez que ilumina un período historiográfico (entre los años 1899 y 1933) de la vida de América y de España.
Quien no haya leído a Vargas Vila, al final de la lectura de este libro se preguntará porqué nunca había oído ni mencionar su nombre, querrá saber sobre su obra y también sobre los trabajos de su compatriota Triviño Anzola, notable novelista y biógrafa bogotana.
Consuelo Triviño Anzola, La semilla de la ira, Verbum, 2013, 268 págs.
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