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Las muchas vidas de este libro de relatos darían para una reflexión sobre el idioma en que escribimos y el territorio simbólico que creemos compartir: como con cuentagotas, ha sido publicado en cuatro países de habla hispana por cuatro editoriales diferentes (la chilena Uqbar en 2011; Seix Barral de México en 2012; Fondo Editorial Casa de las Américas de Cuba en 2014 y ahora Comba en España y Portaculturas en la Argentina). Si para nuestros autores contemporáneos traspasar las barreras locales es un triunfo a pesar de compartir una lengua común, en casos como el que nos ocupa hablamos de un clásico instantáneo que debería estar disponible en la librería más cercana.
No aceptes caramelos de extraños reúne todos los requisitos para remover al lector de su butaca: es un revulsivo tan polémico como necesario, tan incómodo como adictivo. Si bien es cierto que casi todas sus perturbadoras historias podrían estar en un catálogo de atrocidades o en una enciclopedia de descomposición familiar, ciertamente no son más escandalosas que los relatos bíblicos, las tragedias griegas, las fantasías sádicas o las pesquisas freudianas. Padres, hijos, hermanos, maridos y mujeres se abisman aquí en sentimientos extremos y en situaciones límite, y vemos cada tabú conculcado, cada norma subvertida, cada impulso degenerado, cada miedo reflejado.
La chilena Andrea Jeftanovic sabe usar una prosa suave y delicada para envolvernos en una lógica que llega a ser patología, en la que Tánatos corre tras Eros hasta sitiarlo, y nos hace contemplar cuerpos heridos y almas enfermas haciéndonos sospechar que ninguno de nosotros está a salvo de escapar de lo monstruoso. El incesto, la pederastia, la perversión infantil y adulta, el hastío, la corrupción o la decrepitud son los temas que recorren estos cuentos, narrados sin tregua desde la angustia de la soledad, escrutando las zonas más íntimas de unos seres humanos perdidos en la degradación moral, encerrados a la vez en un cuerpo falible y en una sociedad culpable. Porque la autora va articulando en el trasfondo un discurso político que denuncia el fracaso social, la quiebra de los modelos y el abuso del poder en todas sus formas: son los políticos, los curas y los empresarios los que antes quedan impunes de sus delitos sexuales.
La valentía de Jeftanovic estriba en que se atreve a ponerle palabras a lo innombrable, a ponerse en la piel de aquel que nadie quiere ser, a revelar las pulsiones secretas y las partes oscuras del alma, a sumergirse sin concesiones en el horror y en el dolor. Lo que nos reconforta de este descenso a los infiernos es sabernos acompañados de su presencia, de su buena letra, de su inmensa capacidad narrativa; sentir en el último relato un vislumbre de esperanza, de confianza en la especie; y ante todo, reconocer a una escritora con una sensibilidad sobresaliente a la hora de acometer tan penetrante disección de nuestra frágil condición humana.
Andrea Jeftanovic, No aceptes caramelos de extraños, Comba, 2015, 176 págs; Portaculturas, 2016, 156 págs.
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