Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
En los catálogos de jazz del mundo, abundan tríos, cuartetos y quintetos, fórmulas cómodas y comprensibles. Pero ¿un noneto? Hay que disponer de una buena pluma y de un carácter sólido para concebirlo, establecerlo y dirigirlo, y allí entra Mariano Loiacono. En su música no hay vacilación, una conducta acaso avalada en una notable cultura jazzística. Pero hemos de aclarar que, no obstante la apelación a los clásicos modernos, la de Loiacono es una música sin tiempo, es decir, de este tiempo de música que siempre es tempus fugit, aunque da paso a un nuevo transcurso, que se irá, por vía de la improvisación, allí donde Loiacono, fogoso trompetista, es sugestivo y generoso.
Un repertorio que saciará a los más golosos preside estas sesiones grabadas en dos días de mayo de 2013. Desde su limbo de artistas vigilantes observan y escuchan Tadd Dameron, Thelonious Monk, Billy Strayhorn, Quincy Jones, Benny Golson y el propio Loiacono, agente del espíritu de los blues que sostienen la esencia del jazz, con un luminoso “Friday Blues”. Aunque la joya favorecida por el propio músico parece ser “Hot House”, a tenor de su elección como título del CD, nuestro juicio y pasión nos empujan hacia el lado de “Cherokee”, un hit de los años treinta, popularizado por Charlie Barnet y lanzado al espacio de la modernidad por Charlie Parker, con el título de “Ko-Ko”. A partir de Parker el tema se arrojó al vértigo, tocando su ápice con Clifford Brown, cuando ya nadie pensaba en la versión original de Barnet. Al legado de Brown refiere la versión de Loiacono, tanto en la resolución orquestal como en su propia intervención solista. Gracias a su talento como arreglador, el noneto avanza en modo cliffordiano: es múltiple y homogéneo, como lo era el estilo de Clifford. Loiacono se desprende de la presentación arreglada y arremete con su ímpetu y seguridad para concluir a manera de homenaje, con la figura empleada por Brown en su versión. La otra joya elegida en esta crónica es “Chelsea Bridge” de Billy Strayhorn, punta de lanza del álter ego que arropó a Duke Ellington en la mejor estación de su arte. El homenaje del noneto no remeda los arreglos de Strayhorn y Ellington, pero la tibia recreación de la atmósfera es legítima. Un gran momento. Junto con Loiacono, completan el noneto Richard Nant (trompeta), Gustavo Musso (saxo alto), Sebastián Loiacono (saxo tenor), Ramiro Flores (saxo barítono), Franco Espíndola (trombón), Alan Zimmerman (piano), Jerónimo Carmona (contrabajo) y Fermín Merlo (batería).
Un nuevo e imprescindible CD para el catálogo de Rivorecors, gran creación del productor Justo Lo Prete.
Mariano Loiacono Noneto, Hot House, Rivorecords, 2013.
1. En la tapa dice: Incierto y sinuoso. Una autobiografía, de Daniel Melero con Mariano Vespa; pero en un golpe de vista, y por un segundo,...
En marzo de 1965, Martha Argerich fue la primera pianista sudamericana en ganar el codiciado Concurso Chopin y se convirtió en una verdadera leyenda en la Argentina,...
Así como las canciones tienen mil y una vidas, la Argentina democrática tiene mil y una canciones que la cuentan y piensan. En El país de las...
Send this to friend