Igual estamos acá

El bandoneonista y compositor argentino Martín Sued se radicó en Portugal en 2019 siguiendo los pasos de la cantora Susana Travassos. Ajeno a las tiranías de la llamada world music, aquella que suele pasteurizar productos culturales con el sello de una mirada paternalista desde Estados Unidos o Europa, Sued tiene una larga trayectoria preferentemente con el tango y músicas populares de Latinoamérica a partir de una larga lista de trabajos con Pablo Ziegler, Daniel Binelli, Diego Schissi, Quique Sinesi, Magic Malik, Jairo, Liliana Herrero, Rudi Flores y Gilberto Gil.

Con una plasticidad sorprendente en sus giros sonoros, y bajo una rítmica que prescinde de la percusión, en Portugal armó la plurinacional Orquestra Assintomática —un nombre parido en plena pandemia—, con la que lanzó el disco Igual estamos acá. Un sexteto instrumental que, en efecto, trasciende cualquier frontera: un tecladista argentino, una chelista portuguesa, un violinista ucraniano, un guitarrista brasileño, un contrabajista italiano y él, un bandoneonista también argentino. Formación atípica, de cinco migrantes y una anfitriona, formación que en lo instrumental es una saludable apuesta de influencias, yuxtaposiciones y texturas.

¿A qué suena esa pléyade de cuerdas, teclas y fuelle? Por momentos más claramente a tango contemporáneo, por otros a jazz, a veces a rítmicas rioplatenses, nunca a algo previsible. Pero es bajo el timbre inconfundible del tango que Martín Sued abre un sentido de escucha que ensancha los límites del género, en un diálogo con estilos que van de Dino Saluzzi al Mono Fontana, de Diego Schissi —enorme influencia— a los cruces entre lo popular y lo camarístico, lo clásico y lo contemporáneo, llegando incluso a abrigar samplers y elementos de la electrónica.

Los temas del disco representan fuerzas anímicas contrarias, de la nostalgia a la exaltación y de la balada reposada al atonalismo, enriquecidas tanto en la sutileza armónica como en su fuerza rítmica.

“Hormiga” —en la huella de una armonía inestable, volátil—, “Agosto” —bajo una hermosa cadencia de cuerdas envolviendo el fuelle—, “La montaña de Beacon” —dedicado a Guillermo Klein, con aires rítmicos de candombe—, “Membrillo – O que a Helena sonhou ontem á noite” —con una impronta camarística y aires piazzolianos—, “Filas” —donde el bandoneón ocupa un lugar central desde el principio—, “Migra” —un estudio de larga duración, que empieza con la agitación del fuelle para luego caer en un remanso de imágenes bucólicas y más tarde volver a la tensión—, “Insistir” —con la estela del tango contemporáneo a cuestas— e “Igual estamos acá” —con una melodía que parece inspirada en Los Beatles—, todos de autoría de Sued, que buscó en el contrapunto entre los instrumentos una cierta idea de autonomía orquestal sin la presencia gravitatoria de una batería como patrón rítmico. Algo no tan usual en los grupos de música instrumental del presente.

En la Argentina había lanzado en 2018 su primer disco, de bandoneón solo, llamado Iralidad, y lideró el quinteto Tatadios. Con la Orquestra Assintomática suelen tocar en una antigua embotelladora de soda donde un artista plástico amigo del grupo tiene su taller y trabaja con materiales reciclados —maderas y metales—, escenografía natural para los conciertos.

Dinámica y fluctuación, respiración conjunta de un compacto trabajo colectivo, Igual estamos acá resiste la mera etiqueta de la “fusión” y se pasea como un placentero paisaje contemporáneo, tan visceral como nostálgico a la luz del presente.

Martín Sued & Orquestra Assintomática, Igual estamos acá, 2022.