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Rashad Becker es ingeniero de sonido. Lleva años preparando la versión final de grabaciones que le entrega una parte considerable de lo mejor de la música electrónica alemana (él mismo es alemán). Su especialidad, por eso, es el control: el control de los sonidos demasiado brillantes o difusos, la reducción de las frecuencias indeseadas y el incremento de las otras. Este es su primer disco (fue editado por un sello llamado, apropiadamente, PAN). El título del disco es Traditional Music of Notional Species, Vol. 1.; Música tradicional de especies nocionales, Vol. 1. "Nocionales", noten, y no, como hubiera demandado la fórmula borgiana, "imaginarias". "Nocionales" remite a un esfuerzo de concepción que puede prescindir de las imágenes. Y lo cierto es que es difícil imaginar las especies cuya música tradicional el disco de Rashad Becker postula. "Especies" supone que esta música no es necesariamente humana, no fue hecha por humanos, no está hecha para humanos. Es verosímil: todo en este disco proviene de sintetizadores; mejor dicho, de uno solo, enorme: este es un trabajo hecho íntegramente en un sintetizador modular. Se han movido manos para producir esta música, pero las manos en cuestión no se apoyaron sobre teclas, ni presionaron cuerdas ni percutieron parches. Fueron empleadas para activar interruptores y girar perillas. Para controlar un flujo de sonido que estos cuatro temas y cuatro danzas (en efecto, los títulos son "danzas" y "temas") organizan pero dejan al borde del derrame.
El instrumento humano que estas construcciones electrónicas parecen connotar es, casi siempre, la trompeta (aunque hay cuasi-oboes y flautas). Becker logra que los sonidos de un sintetizador se desplieguen como si provinieran de esas fuentes acústicas. La misma tensión, la misma impresión de absurdo esfuerzo. Y tal vez se deba a esta referencia al dominio de los bronces que las danzas y los temas suenan, casi siempre, como marchas funerarias. Nos llevan a imaginar procesiones: procesiones de criaturas que nos cuesta imaginar, pero que no están hechas de carne sino de otras sustancias, uñas, cartílagos, cabellos. Criaturas que fuerzan a otras criaturas a marchar: son menos celebraciones de la ligereza que constataciones de la gravedad de lo que existe. Por eso los bramidos, los gemidos, las exclamaciones. Por eso en el fondo de las curvas construcciones hay siempre un sonido que evoca las cualidades del barro. Sobre el barro, láminas vegetales. Sobre las láminas, insectos. Por encima de los insectos, miembros de las especies nocionales. La nitidez del diseño sonoro incrementa la atmósfera de alarma. Este disco, en su curiosa brevedad, es mi preferido del año que acabó hace un par de meses.
Rashad Becker, Traditional Music of Notional Species, Vol. 1, PAN, 2013.
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