Anish Kapoor. Svayambh

La escultura autogenerada.

Desde mi lugar de artista, ¿tengo que decir algo, expresarme, ser expresivo? Creo que como artista, más que expresarme, tengo que invitar a la expresión. No tengo nada en particular que decir, no tengo ningún mensaje para dar. Desde mi lugar de artista, en todo caso, tengo que convocar a la expresión, es decir, definir los medios que permitan percepciones fenomenológicas o de otra naturaleza, medios que uno pueda usar, con los que uno pueda trabajar y que puedan después cobrar vida poética propia.

(En conversación con Homi Bhabha, 1998.)

Creo que en los últimos veinticinco años hubo para mí tres o cuatro momentos de verdaderos descubrimientos. Las piezas de pigmento fueron un descubrimiento sobre el objeto y sobre qué puede ser un objeto; de qué manera un objeto puede ser y no ser a la vez. Luego, claro, las piezas de vacío. La idea de que si vacío todo el contenido y hago simplemente una forma vacía, el contenido no desaparece. Y ese contenido que permanece es mucho más sorprendente que el que yo habría podido darle. Después, en otro sentido, el paso de las superficies mate a las superficies brillantes, en la medida en que la superficie mate, profunda y absorbente, es lo sublime tradicional, y la superficie brillante podría ser lo sublime moderno, en tanto es totalmente refleja, absolutamente presente y devuelve la mirada. Me parece que hay ahí una forma nueva de concebir el objeto no-objetual.

(En conversación con Heidi Reitmaier, julio de 2007.)

El rojo es un color que siempre me tocó profundamente. Quizás porque es un color muy indio, porque es algo con lo que crecí y reconozco a otro nivel. Claro que también es el color del interior de nuestros cuerpos. El rojo es el centro. La gran aventura de Brancusi en términos formales fue la idea modernista de la forma erecta, la forma de cohete, fálica y hacia delante. La gran aventura de Donald Judd, por su parte, fue cerrar la forma, encerrarla y traer el color al espacio. Si se me permite la audacia de incluirme en esa tradición, diría que me interesa la idea de una forma que se vuelve del revés, en la que el interior y el exterior son equivalentes y por lo tanto no hay una forma encerrada. La forma envuelve y al mismo tiempo hace aflorar el interior. Creo que esa es una idea muy contemporánea de la forma.

(En conversación con John Tusa, 2003.)

Me interesa la escultura que induce al espectador a una relación específica con el espacio y el tiempo. El tiempo en dos sentidos: en términos narrativos y cinemáticos, es decir, en relación con el paso a través de la obra, y también como elongación literal del momento. Esto se vincula a la forma y al color y a la posibilidad que tiene el color de invitar a la fantasía. Y entonces, o al menos eso espero, la posibilidad de elongar el tiempo. El espacio es así de complejo: el espacio contenido en un objeto tiene que ser mayor que el objeto que lo contiene. Mi propósito es separar al objeto de su objetualidad.

(En conversación con Heidi Reitmaier, julio de 2007.)

Traducción: Graciela Speranza

Imágenes [en la edición impresa]. Anish Kapoor, Shooting into the Corner (2008-2009), técnica mixta, dimensiones variables, instalación en la Royal Academy of Arts, Londres, 2009, p. 36; y Svayambh (2007), cera y pintura al óleo, dimensiones variables, instalación en la Royal Academy of Arts, Londres, 2009, p. 37; fotografías: Dave Morgan, cortesía del artista y la Royal Academy of Arts.

Lecturas. Las citas han sido extraídas de Anish Kapoor, de Homi K. Bhabha y Pier Luigi Tazzi (Berkeley, University of California Press, 1998); Penelope Curtis (ed.), Sculpture in 20th-Century Britain (Leeds, The Henry Moore Institute, 2003) y “Anish Kapoor in Conversation with Heidi Reitmaier”, en Tate Magazine (julio de 2007).