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A veces lo excepcional no está en las historias maravillosas, sino en las comunes. Intermezzo, la última novela de la irlandesa Sally Rooney, gira alrededor de una historia común, la de dos hermanos, Peter e Ivan Koubek, cuyo padre acaba de morir. El espacio temporal de la historia está dado entre la muerte del padre a comienzos del otoño boreal y la llegada de la Navidad. En esos meses, Peter e Iván atraviesan el duelo, pequeños conflictos fruto de su rivalidad no resuelta y relaciones amorosas que no encajan precisamente dentro de las normas convencionales de pareja.
Lo que destaca no son los eventos que se desarrollan, sino la maestría con que Rooney, estrella literaria irlandesa de treinta y tres años, narra sus personajes. Las dos voces principales, que se van alternando en cada capítulo, son las de Peter e Ivan, escritas cada una en un estilo distinto, que transparenta la forma de ser de cada personaje: Peter, el abogado exitoso pero atormentado por sus propias preconcepciones acerca de lo que es normal y lo que no lo es; e Ivan, el joven prodigio del ajedrez de veintidós años, diez más joven que Peter, y quien experimenta por primera vez una relación seria y genuina con Margaret, trece años mayor que él.
Rooney, que ha hecho cosas parecidas en sus novelas anteriores (sus personajes son millennials que viven en Dublín o en las afueras de la capital irlandesa, de clase media, que conversan y se ven enredados en relaciones amorosas), abre una ventana a dos mundos distintos, con diferentes perspectivas, ideas, propósitos y conflictos respecto de lo que otros esperan de ellos, o lo que ellos piensan que otros esperan de ellos. Intermezzo llega a un alto nivel de granularidad sobre la mente y el comportamiento de un personaje, y lograr narrar con sutileza y sensibilidad relaciones interpersonales, gestos, miradas, escenas de máxima intimidad. Todo con un nivel de definición HD: lo dicho, lo no dicho, las sensaciones de frustración, de enamoramiento, de resentimiento, de intimidad sexual. Rooney escribe sin perder en ningún momento la elegancia, con un ritmo acompasado y amable, con tacto, paciencia, cuidado por esas voces y esos mundos, los de cada personaje, Peter e Ivan, pero también las mujeres con quienes se relacionan: Margaret, la novia de Ivan, y Naomi y Sylvia, que conforman una especie de triángulo amoroso con Peter.
Consultada por los elementos autobiográficos de sus novelas, Rooney ha sido muy reticente a proponer que existe una conexión entre su literatura y su vida personal. Los personajes de sus libros se le presentan con sus particularidades y voces personales, y ella se limita a hacer la mejor versión posible de esas historias. Es una postura que pareciera evocar la de los grandes escritores y escritoras que ponen en el centro su ficción, en una actitud que contrasta fuertemente con estos tiempos de máxima exhibición de la vida personal (más todavía para una autora best-seller).
En síntesis, Rooney se despoja de toda autorreferencialidad para poner en un lugar central a sus personajes y sus relaciones, con una habilidad literaria destacable que sin duda apreciarán los lectores del género.
Sally Rooney, Intermezzo, traducción de Inga Pelliza Díaz, Random House, 2024, 416 págs.
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