Las ideas

Si tuviese que escribir una reseña sobre Las ideas, de Federico León, podría empezar con un link de YouTube al video “Animales disfrazados”, en el que se ve a una artista plástica en su taller disfrazando animales de otros animales. El video hablaría sobre los límites de la representación y sería una buena introducción para dar cuenta de cómo León expone con una simpleza abismal la representación a través de una batería de recursos en apariencia trillados, pero que a fuerza de insistencia consiguen meter al espectador en un laberinto a la vez entretenido y complejo. Sin embargo, los problemas para el lector no tardarían en aparecer. ¿Ese video es real? ¿Por qué no aparece en la descripción el nombre de la artista? ¿Por qué no puedo encontrar su obra por ninguna parte? ¿El reseñista inventó todo?

No, lo mejor sería que empezara con algo más convencional. Podría empezar citando a Andy Warhol: “No importa saber si es o no verdad, lo importante es que sea verosímil”. Esa cita resumiría a la perfección el fin último de Las ideas, obra que muestra una especie de ensayo abierto al público en el que dos artistas se debaten sobre los diferentes rumbos que la futura obra podría tomar si en ella se destruyera dinero real, o si se tomara whisky real, o si se fumara marihuana real durante la función. Todo esto, por supuesto, mientras en el ensayo se fuma, se toma y se destruye. Podría funcionar, pero surge una pequeña duda: ¿esa cita es realmente de Warhol? ¿No es de Orson Welles? ¿No es de Sophie Calle? Debería constatarlo antes, de lo contrario sería poco serio.

Escribir que la obra pone en juego el uso de “nuevas” tecnologías en la escena, cuando esas tecnologías están hace años en todas las casas y escenarios de Occidente, no va a servir. Aunque sea cierto que el uso que se les da en Las ideas a una cámara, un proyector y una computadora es tan poético como original. Decir que Federico León me volvió a despertar esa fascinación que tuve como espectador cuando vi El adolescente o 1500 metros sobre el nivel de Jack sería muy personal, y es difícil que a alguien le interese.

Tal vez sólo deba limitarme a decir que si quieren ver a una computadora actuando (realmente los espectadores sentimos compasión y temor por el destino de una computadora), o si quieren ver una discusión de pareja (real) a través de una conversación (real o grabada) por celular (real), o si buscan presenciar un momento de tensión dramática interminable como seguramente hacía mucho que no presenciaban, Las ideas es una obra que tiene todo eso organizado (o caóticamente expuesto) de una forma magistral.

También cabe destacar que las actuaciones de Julián Tello (interpretando al músico y actor Julián Tello) y de Federico León (interpretando al director y cineasta argentino Federico León) van ganando soltura y profundidad a medida que avanza la obra y terminan siendo precisas. En definitiva, y por todas estas razones, si tuviese que escribir una reseña sobre la obra Las ideas de Federico León, les recomendaría que no dejen pasar la oportunidad de ir a verla.

Las ideas, dramaturgia y dirección de Federico León, Zelaya, Buenos Aires, 2015. La obra se estrenó en el marco del 10° Festival Internacional de Buenos Aires y se repone en marzo de 2016.